Con el coronavirus no son frecuentes las buenas noticias, pero aquí va una: después de que una persona ha sido infectada por la variante Omicron del SARS-CoV-2, aunque podría contagiarse de Covid-19 otra vez por futuras variantes emergentes, es muy poco probable que sufra síntomas graves de la enfermedad por esas infecciones.
Este descubrimiento fue realizado por un equipo de investigación encabezado por Shin Eui-Cheol, del Centro de Inmunología Viral del Instituto de Investigación de Virus de Corea, que demostró que las llamadas células T de memoria que se forman durante la infección de Ómicron reconocen a variantes posteriores del virus.
Cómo funciona
Las células T forman parte de lo que se conoce como inmunidad celular, que es menos conocida por el público que la inmunidad de anticuerpos. La diferencia entre ambas es que mientras los anticuerpos se pueden considerar “la primera línea de defensa”, y neutralizan a los virus cuando entran al cuerpo y antes de que infecten a la células, la inmunidad celular se encarga de eliminar a las células humanas que ya han sido infectadas, con lo que evita que progrese la infección y se agrave la enfermedad.
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Para que la inmunidad celular actúe, primero debe reconocer a las células ya infectadas y después atacarlas. Esto genera una memoria (en las células T) que permite que, ante infecciones posteriores, el sistema reaccione más rápidamente. Lo que el equipo coreano descubrió es que esa memoria, cuando se forma con una infección de Ómicron, funciona bien contra variantes posteriores.
En esta investigación, publicada el viernes en la revista Science Immunology, se probó la memoria de las células de T formadas en pacientes que tuvieron la infección de la variante BA.2 a principios de 2022, y esta resultó efectiva contra las variantes BA.4 y BA.5 que aparecieron después.
“Este hallazgo nos brinda nuevas perspectivas en la nueva era endémica de COVID. Se puede entender que, en respuesta a la aparición constante de nuevas variantes del virus, nuestros cuerpos también se han adaptado para combatir las futuras cepas del virus”.
Jung Min Kyung, quien dirigió esta investigación.
Cabe añadir que esto no significa que infectarse con Ómicron, aunque en sí mismas genera enfermedad más leve y tiene menos probabilidades de dejar secuelas, pueda funcionar como un sustituto de la vacunación. Especialmente porque el nuevo estudio no alcanza a describir el funcionamiento de la memoria de las células T ante el nuevo linaje dominante JN.1.
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