Al cumplirse tres semanas de que se diera a conocer el primer reporte de Ómicron, la variante de preocupación del SARS-CoV-2, se puede decir que, aunque evade a los anticuerpos neutralizantes generados como respuesta a la vacunación o a infecciones previas, es muy probable que no suceda lo mismo con otra parte de la respuesta inmune, la de las células T.
La secuencia del gen del linaje B.1.1.529 del coronavirus causante de la Covid-19 se dio a conocer el 24 de noviembre, y dos días después la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo consideró variante de preocupación y le nombró Ómicron, pues las mutaciones que tenía en la proteína espiga (S) hacían sospechar que tenía la capacidad de evadir a los anticuerpos.
Al día de hoy, datos de laboratorio y vida real no dejan duda de que Ómicron tiene esa capacidad; sin embargo, se ha publicado poca información sobre lo que sucede con el mecanismo que reconoce a las células que ya han sido infectadas por el SARS-CoV-2 y las destruye por medio de las llamadas células T “asesinas”, impidiendo así la replicación del virus.
Nuestras células “tienen la costumbre” de mostrar en la superficie de sus membranas fragmentos (llamados epítopos) de las proteínas que están elaborando, y hay células inmunes que “revisan” estas señales; cuando detectan epítopos del virus, desencadenan el proceso que termina con las células T destruyendo a la célula infectada.
Investigadores de las universidades de Melbourne y de Hong Kong de Ciencia y Tecnología analizaron los efectos de las mutaciones de Ómicron en los epítopos que reconoce el mecanismo de las células T, y encontraron que prácticamente no varían con respecto al linaje original de Wuhan.
Los datos sugieren que la respuestas de las células T “permanecen muy sólidas contra esta nueva variante”, señalan los investigadores en el reporte publicado en el sitio medRxiv y que aún no ha sido revisado por pares.
Este resultado coincide con el hecho de que ninguna de las variantes previas evade a las células T y con la levedad de la infección por Ómicron en quienes tienen inmunidad previa, los hallazgos son alentadores.