En el plan de vacunación contra el coronavirus SARS-CoV-2, cuyas líneas generales se presentaron esta mañana, no están contempladas las personas con las comorbilidades que dan una propensión mayor a padecer la forma grave de Covid-19.
Esta omisión contradice los datos que se tienen casi desde el inicio de la pandemia sobre el riesgo mayor que corren quienes padecen condiciones como hipertensión, diabetes, obesidad o tienen enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
La enfermedad coronaria (para la que la hipertensión es el principal factor de riesgo) y la diabetes ya eran las principales causas de muerte en México antes de la llegada de la Covid-19, que ya es la principal causa de muerte.
Los estudios especializados y con seguimiento puntual de los pacientes aportan un panorama más preciso, y más alarmante que los datos generales de México o de cualquier otro país.
Así, las personas con diabetes tipo 1 y tipo 2 infectadas con Covid-19 tienen tres veces más probabilidades de padecer una enfermedad grave o requerir hospitalización en comparación con las personas sin diabetes, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Vanderbilt y publicado en la revista Diabetes Care.
“Estos datos respaldan la priorización de las personas con diabetes tipo 1 o diabetes tipo 2 para la inmunización”, dijo Justin Gregory, investigador principal del estudio de Vanderbilt.
“Las personas con obesidad tienen más probabilidades de ser hospitalizadas con Covid-19”, y ya en el hospital, “tienen mayor riesgo de muerte y de necesitar ventilación mecánica... incluso si son jóvenes”, dijo Nicholas Hendren, primer autor de un estudio publicado en la revista Circulation el 17 de noviembre.
Otro estudio encontró que la hipertensión y la diabetes 2 son comunes en las personas que desarrollan problemas neurológicos a raíz de la infección de Covid-19. “Estas poblaciones pueden tener un mayor riesgo de complicaciones neurológicas y deben ser monitoreadas de cerca”, dijo entonces Colbey W. Freeman, quien dirigió el estudio.
Y hay mucha más evidencia de que las personas con comorbilidades deberían estar entre los grupos prioritarios para recibir las vacunas Covid-19.