París, conocida como la capital mundial de la moda, es una ciudad que no sólo establece tendencias, sino que las redefine. Con la llegada del otoño que está a la vuelta de la puerta, las calles de esta icónica ciudad se transforman en una pasarela viviente, reflejando el espíritu audaz y sofisticado de las parisinas. Siendo el epicentro de la moda global, es esencial conocer qué será tendencia en las calles francesas para la siguiente temporada otoñal.
Colores Tierra, Tonos Neutrales y Negro
Los tonos marrones, beiges y camel dominan las prendas de otoño, y si acompañan al elegante negro se genera un aire de sofisticación atemporal. Estos colores no sólo son versátiles, sino que complementan la paleta de colores otoñales del ambiente parisino.
Capas y Más Capas
El arte de las capas es fundamental para la parisina. Las combinaciones de chaquetas ligeras, cardigans y abrigos largos se llevan con gracia, asegurando que la mujer esté preparada para cualquier cambio climático sin sacrificar su estilo.
Botas Hasta la Rodilla
Aunque las botas siempre han sido un elemento clave para el otoño, este año vemos un resurgimiento de las botas hasta la rodilla. Ya sean planas o con tacón, este calzado se combina con faldas midi, vestidos y pantalones ajustados, ofreciendo una mezcla de feminidad y audacia.
Accesorios Minimalistas
En París tienen una habilidad especial para hacer que lo minimalista se vea excepcionalmente elegante. Los collares delicados, aretes sencillos y bolsos estructurados de tamaño mediano son esenciales para completar cualquier atuendo.
Siluetas Holgadas
Las figuras relajadas y holgadas son una tendencia marcada este año. Pantalones de corte recto, suéteres amplios y vestidos con caída libre dan una sensación de comodidad sin perder la esencia chic parisina.
Estampados Clásicos
Los cuadros y las rayas, en particular, harán una fuerte reaparición. Ya sea en suéteres, faldas o abrigos, estos estampados clásicos son una forma infalible de añadir un toque de sofisticación francesa.
› Los franceses siempre han sido reconocidos por su elegancia y buen gusto al vestir. Y es que los atuendos, desde la antigüedad, han sido elegantes, sofisticados y delicados, y combinables con accesorios. Durante la época de la monarquía los trajes eran lujosos y barrocos, con exceso de detalles; por ello se le considera a París como una de las capitales de la moda mundial.
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