Oenegés denuncian injerencia de EU en política agroalimentaria de México
“Durante meses, Estados Unidos ha ejercido una fuerte presión sobre México para que este último acepte maíz transgénico producido en Estados Unidos a pesar de la resistencia del segundo”, dice el comunicado
Hace unos días se decretó en México la prohibición la adquisición, promoción, uso e importación del glifosato y el maíz genéticamente modificado; una decisión que fue resentida por las empresas que tiene ganancia de vender maíz transgénico y que alojan sus empresas en Estados Unidos.
Es conocido en nuestro país el malestar que esto produjo en aquel país y en sus legisladores que apoyan al capital privado en ese ramo.
Al respecto, organizaciones ambientalistas rechazaron los intentos de ese país de influir en la política agroalimentaria de México y denunciaron presiones contra el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Fue mediante un comunicado publicado el martes que el Centro para la Diversidad Biológica y Greenpeace México rechazaron “energéticamente” las presiones de la Casa Blanca.
Los ambientalistas pudieron como ejemplo el ultimátum que dio EU a México para que justificara la medida con evidencia científica, con límite del 14 de febrero, para no llevar el asunto a un panel de controversias en el marco del acuerdo comercial entre los dos países y Canadá (T-MEC).
La mayoría de los medios de comunicación no dieron eco a la denuncia de los ambientalistas, sino a las declaraciones de Estados Unidos.
“Durante meses, Estados Unidos ha ejercido una fuerte presión sobre México para que este último acepte maíz transgénico producido en Estados Unidos a pesar de la resistencia del segundo a lo que normalmente sería considerada una dosis mortal de plaguicidas”, dice el comunicado.
Respetar la decisión
Señalaron que, entre estos plaguicidas, destaca el glifosato, el cual la ciencia ha relacionado con graves daños para la salud humana, incluido el cáncer; así como con el declive de la mariposa monarca y otras especies polinizadoras que se encuentran en peligro.
Una de las implicaciones que tiene el uso de este químico es la eliminación de muchas de las flores que las abejas y las mariposas necesitan para sobrevivir.
“Estados Unidos se ha negado a respetar la decisión de México y, en cambio, ha intimidado incansablemente al país para que acepte el maíz transgénico; con el fin de proteger las ganancias de los gigantes de la agroindustria estadounidense”, dijeron las organizaciones ambientalistas en que otras ocasiones han protestado contra México por el Tren Maya.
“Los vergonzosos esfuerzos de EE.UU. para obligar a México a aceptar el maíz transgénico no es más que imperialismo del siglo XXI”, aseveró Lori Ann Burd, directora de salud ambiental del Centro para la Diversidad Biológica.
Glifosato y al maíz en México
La batalla contra el uso de glifosato se remonta a diciembre de 2020, cuando el Gobierno de México decidió prohibir paulatinamente cualquier acción con agroquímicos con glifosato; así como restringir la liberación de semillas y el uso de maíz genéticamente modificado.
De inmediato, EU reaccionó a la disposición soberana señaló la determinación asegurando que no tenía suspenso científico; advirtiendo, además, que causaría grandes afectaciones económicas en el campo y a los consumidores de los dos países.
Ante el panorama, el gobierno mexicano decidió retrasar la fecha límite de la aplicación de la política un año, hasta el 31 de enero de 2025.
Ahora bien, para evitar confrontaciones el pasado lunes, México emitió un nuevo decreto en el que especifica que la sustitución del maíz genéticamente modificado solo afectara al destinado para consumo animal y de uso industrial para consumo humano; o sea, aquel que es usado para hacer la masa y las tortillas.
Además, se comprometió a mostrar evidencia científica que apoya su decisión, como lo exigió ese país. Lo cual no contentó a EU.
Al respecto, el presidente López Obrador defendió la medida y reiteró que no va a permitir el maíz transgénico de consumo humano, solo temporalmente el de forraje.
“A algunos no les gusta, pero tenemos que cuidar la salud y también proteger las variedades nativas del maíz”, dijo en su conferencia matutina.
ES DE INTERÉS |