Los mensajes enviados por la gestión de Joe Biden al presidente Andrés Manuel López Obrador, a sus familiares, a su círculo cercano y también a los líderes de Morena no sólo implican un ataque político durante un proceso electoral, ni una advertencia de posibles casos judiciales en Estados Unidos contra personajes políticos de México, ya sean morenistas o expriistas en el mediano o largo plazo. Además, significan que una parte importante del entramado del gobierno estadounidense está trabajando en pro de su seguridad nacional, y México forma parte de ese esquema. Estados Unidos hará todo lo necesario para que México funcione como un aliado real y activo.
Es cierto que cuentan con información sobre el financiamiento del narcotráfico en campañas pasadas y presentes (tema del que hemos hablado en este espacio y que ha ocurrido en los últimos cuatro años), lo cual las agencias estadounidenses tienen perfectamente documentado en la cúpula de Morena, con Mario Delgado, Ricardo Peralta, gobernadores y en el segundo círculo del Presidente. Esta información es relevante y les preocupa, pero por ahora es fundamentalmente un vehículo para establecer orden en toda la agenda de seguridad y alinear sus intereses con los de México.
¿Qué es lo que busca el gobierno de Estados Unidos? Que su frontera sur esté segura, sin amenazas de violencia ni terrorismo, que no sea un coladero de drogas ni de migrantes, y garantizar la infraestructura necesaria para su economía. Además, buscan definiciones claras frente a sus enemigos: Irán, Rusia y China.
El tema del poder del narcotráfico, en cuanto a la cantidad de efectivos que aumentan en el territorio mexicano, su capacidad de fuego, su influencia sobre gobiernos locales y su expansión por el continente, es un asunto altamente prioritario, pues su fuerza radica en la corrupción. Este fortalecimiento ha permitido el crecimiento de laboratorios para drogas sintéticas y también ha cambiado la forma en que esconden sus cargamentos, por ejemplo.
En este sentido, los estadounidenses pretenden aumentar las operaciones conjuntas, perseguir a los líderes criminales, controlar los cruces migratorios y de aduanas, así como cerrar la frontera sur. Todo esto no es negociable.
Además, la presencia rusa y rumana también es preocupante. Se considera urgente impedir las operaciones de agentes rusos de inteligencia, así como sus inversiones. También se incluye en la agenda sustancial de Estados Unidos las facilidades que México ha brindado a Irán a través de Venezuela.
Otro tema de altísima prioridad para el gobierno estadounidense es la presencia de China en México. Buscan frenar sus inversiones, lo que incluye no permitir concesiones en lugares y materias estratégicas, así como frenar la autorización de agentes del gobierno chino que realicen inteligencia, y no dar prioridad a la tecnología del país asiático.
El gobierno de México debe comprender que se está produciendo un reajuste de las fuerzas y alianzas políticas a nivel mundial, y que la guerra con China es una posibilidad. Tan sensible es el panorama que, desde la perspectiva estadounidense, la infiltración de organizaciones civiles que protestan ahora en Europa y en el continente, así como grupos del crimen organizado en el mundo (incluidos los mexicanos), están siendo utilizados en esta confrontación geopolítica para desestabilizar los territorios y podrían actuar como intermediarios terroristas.
En esta semana hubo varias comparecencias en el Congreso de los más altos funcionarios de seguridad, que expusieron un panorama que México debería considerar. El exsecretario de Defensa, Leon Panetta, aseguró que China tiene un ejército listo, con la marina más grande, con la producción más intensa de aviones y está ampliando su arsenal nuclear.
“La única manera de intentar evitar la guerra con China y la única manera de tratar con China es la fuerza, la muestra de fuerza. Tanto China como Rusia se volvieron más agresivos cuando sintieron debilidad por parte de Estados Unidos y por ese motivo debemos tomar acciones fuertes para armar y entrenar a Taiwán para defenderse…”.
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