La subversión latente

21 de Enero de 2025

María Idalia Gómez
María Idalia Gómez

La subversión latente

maria idalia gomez

El país pareciera inmerso en demasiadas crisis simultáneas que hacen muy difícil ver cómo se está construyendo el descontento en un sector que apoyó y guio el triunfo de Andrés Manuel López Obrador en 2018. Pero es real, existe, aunque no lo crea el mandatario, y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) no le haya advertido todavía.

Los grupos políticos, organizaciones sociales y células que se fueron conformando y que en tierra se movilizaron para conseguir los votos e impedir fraudes en la pasada elección, en estos tres años, en algunos casos, han sido invitados a colaborar en diferentes áreas de gobierno a nivel municipal, estatal o federal, con la idea de construir el proyecto de la famosa Cuarta Transformación. Son el músculo real del presidente.

Pero muchos otros, muchos más, no fueron incluidos, entre académicos, líderes sociales o comunitarios. Todos ellos habían recibido la promesa de formar parte del “cambio”. Esperaron con paciencia y creyeron que en las elecciones del próximo junio ocuparían esos cargos públicos que necesita Andrés Manuel López Obrador para el andamiaje de sus proyectos.

No se abrieron las oportunidades. Muchos de estas organizaciones aliadas a Morena denunciaron internamente la imposición de personajes procedentes de otros partidos, de grupúsculos de poder locales, pago de apoyos y demás intereses, a partir de la simulación de encuestas. Trataron de movilizarse y frenar la imposición, pero no lo lograron. Esto ocurrió en todo el país, pero donde mayor malestar causó fue en el sur.

Estas personas que apoyaron al ahora presidente discuten internamente las siguientes acciones que llevarán a cabo. Por ahora culpan a Mario Delgado, dirigente de Morena, y a varios cercanos de López Obrador que “no lo dejan ver”.

Piensan que en estas elecciones votarán por Morena, para no desviar el proyecto. Tampoco generarán conflictos internos que les impida conseguir el mayor número de legislaturas, federales y locales, alcaldías y gubernaturas. Pero después de junio comenzarán un trabajo intenso para ser escuchados, y si la actitud no cambia, y se “siguen apoderando” del partido los expriistas, oportunistas, y líderes charros, o Morena se sigue comportando como una marca en venta, aseguran, la siguiente elección no habrá cheque en blanco para López Obrador ni su partido. En Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Tabasco o Veracruz, por ejemplo, hablan de crear partidos locales incluso, con una fuerza nunca antes vista.

Pero no son los únicos, en el panorama, hay quienes advierten del nacimiento de una nueva movilización social indígena-campesina, un ejército construido a partir de las promesas incumplidas por el presidente. La militarización de la seguridad, la falta de acompañamiento o la inclusión de las ideas radicales de estas organizaciones y el rescate de personajes que representan lo que llaman viejo régimen, les ha dado la gasolina suficiente para comenzar a tener reuniones clandestinas para la creación de un grupo subversivo al sur del territorio.

Los informes de quienes conocen estos procesos, aseguran que han dejado los primeros rastros de lo que está en ciernes. Comunicaciones entre grupos como los sobrevivientes del Ejército Popular Revolucionario (EPR) o el Ejército Zapatista, entre varios más, y las manifestaciones de inconformidad a las políticas de López Obrador, que se alejan, en la realidad, ha dicho el EPR, de los “intereses populares”.

El presidente no lo sabe, o no quiere escuchar, y el CNI no tiene suficiente información o quizá no quiere alertarlo.