La paciencia de los narcos

19 de Diciembre de 2024

María Idalia Gómez
María Idalia Gómez

La paciencia de los narcos

maria idalia gomez

Tardaron poco más de 20 años, pero lo lograron. Alrededor de 1995, agentes de la entonces Procuraduría General de la República detuvieron a biólogos y químicos que trabajaban para el Cártel de Juárez, al servicio entonces de Amado Carrillo Fuentes. Cuando platicaron su historia fue fascinante:

El llamado entonces Señor de los Cielos los había contratado para su “empresa”, y tenían dos misiones: la primera, mejorar las semillas de la amapola y de la marihuana, hacerlas más fuertes, más productivas y de mayor calidad. La segunda tarea era fabricar cocaína sintética, ya no quería comprarle a los cárteles colombianos, porque era muy caro y sus ganancias les permitían dominar el mercado, poniendo sus condiciones.

El primer objetivo lo lograron aparentemente. Al menos los descubrimientos de cultivos en años posteriores mostraban plantas más resistentes y con un mayor número de flores y bulbos. Lo segundo no, hasta ahora.

Entonces los investigadores confirmaron la visión empresarial que tenían estos grupos y cómo era indispensable monitorearlos desde esa perspectiva, porque no sería la única vez en que los cárteles utilizarían a científicos para mejorar sus operaciones.

En 2014 hubo una nueva alerta cuando en Chiapas se encontró un pequeño cultivo de hoja de coca. Algo nunca antes visto, especialmente por las condiciones climáticas y de tierra que requiere la planta. Pero el cambio ya venía, lo advirtió entonces la ONU.

Entre 2017 y 2018 se ubicaron nuevos cultivos en Guatemala y Honduras. En ningún caso las autoridades establecieron quiénes eran los responsables de estos nuevos campos. Tiempo después, la información de inteligencia reveló que grupos locales, financiados por cárteles mexicanos, eran los dueños de esos cultivos.

Aunque las cantidades eran muy inferiores a lo que cultiva Colombia, el mayor productor, que en 2019 sumó 212 mil hectáreas, de acuerdo a la ONU; en Guatemala se ubicaron menos de 10 hectáreas y en Honduras cerca de una. Lo interesante de estos descubrimientos fue la calidad de las plantas y que los cárteles buscaron puntos estratégicos, municipios cercanos a las costas del Caribe (Livingston y El Estor), lo que hizo pensar a los investigadores en que ya tenían una logística para su exportación, rápida y eficiente.

Los reportes de hallazgos posteriores se ubicaron en Centroamérica, hasta hoy. El presidente Andrés Manuel López Obrador reveló la mañana de este miércoles que se localizó un plantío de coca en el municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero, un punto estratégico de salida, pero extrañamente demasiado expuesto, porque es una zona bajo vigilancia por parte de las autoridades.

El presidente utilizó la palabra “experimentando”. Ese es el reporte oficial, que los narcotraficantes apenas están experimentando y perfeccionando el cultivo. Esto no es tan real, las pruebas comenzaron décadas atrás (así como el cártel de Sinaloa mejoró la calidad de la planta de la amapola desde hace casi una década). Esto ya no es un signo de aventura, es la planificación de una operación de un nuevo negocio, advierte un investigador que conoce hace muchos años sobre estos temas.

Hay otro indicio que se debe tomar en cuenta: en diciembre, en la frontera de Guatemala con México se ubicó un plantío importante de amapola, algo inédito en el territorio guatemalteco.

Los hechos parecieran claros, la evolución de los grupos criminales mexicanos que no sólo han afianzado su expansión, sino que se están apoderando de la producción de las drogas del mercado: marihuana, heroína, sintéticas y cocaína, lo que amplificará sus ganancias al disminuir costos de producción. Esto conlleva poder, control territorial que implica la sumisión de las capacidades de los gobiernos locales a su servicio, y economías paralelas.

Muestra algo más, las autoridades mexicanas han sido omisas a pesar de los signos, y no cuentan con una mapa claro de los grupos criminales, su influencia, operaciones y verdadero poder.