Los frentes abiertos en este momento de la administración lopezobradorista, colocan al Estado en una situación de grave vulnerabilidad frente a poderes fácticos, incluso internos, y malas decisiones políticas.
Sólo le quedan 24 meses al gobierno, lo que conlleva una debilidad natural, incluso a pesar de la figura del presidente Andrés Manuel López Obrador. Son varios factores que suman y suman a esta fragilidad. Si bien dentro del gobierno ya se tiene en el radar, pareciera que no se han adoptado las medidas necesarias.
Uno de los frentes que se están abriendo cada vez más es que una parte de los miembros del gobierno y del legislativo comenzó a distraerse con negociaciones y pactos para conseguir un cargo de elección del 2024, sea para ellos o sus familiares. Otros más, que parecían aliados en otros poderes federales o gobiernos locales, ya se han ido separando de la agenda del presidente López Obrador, para formar parte de nuevas alianzas regionales políticas.
Una puerta más es la pelea que sube de tono dentro de los distintos grupúsculos que conforman Morena, una disputa en torno a qué candidato a la presidencia de la República deben apoyar, y otra pelea para conseguir espacios que les permita formar parte de las últimas decisiones de gobierno, desde la entrega de recursos públicos, contratos, hasta puestos administrativos en las entidades.
En el caso del ataque de GuacamayaLeaks, existe entre varios dentro del Estado la teoría de que fue una operación interna de grupos descontentos del Ejército, como una muestra de malestar, para exhibir la corrupción y de advertencia ante el poder excesivo de una élite castrense. Internamente se hizo ya una primera investigación, y hasta ahora no se han encontrado rastros de sus propios elementos o militares en retiro en el robo de esos millones de datos y documentos a la Secretaría de la Defensa. Más bien, su línea de investigación se dirige a grupos extranjeros con intereses económicos y políticos en el territorio, dicen. Internamente el Presidente ha insistido en que quiere saber quiénes fueron, pero no hay respuesta, no se la ha podido dar el general Luis Cresencio Sandoval. El ataque fue muy bien diseñado y ejecutado, con recursos, le han dicho, y la ruta no les ha permitido por ahora encontrar la raíz.
Lo cierto es que el golpe cibernético a una de las estructuras de soporte sustancial para este gobierno, pone en evidencia su vulnerabilidad. Pero también es cierto que hay descontento al interior de las Fuerzas Armadas, al menos entre los grupos que siguen a una decena de generales que no comulgan ni con la gestión de López Obrador ni con el papel que están jugando las instituciones. Pero si se considera que la estabilidad territorial en este momento depende del accionar del Ejército, la Marina y la Guardia Nacional, su división interna es un riesgo muy peligroso.
Un elemento adicional, el frente que se mantiene muy abierto con grupos de interés, económico-político, los cuales consideran disminuidas las capacidades del Presidente para actuar en su contra, de acuerdo a evaluaciones dentro del gobierno que ya observan cambios en el comportamiento de estos grupos, nuevos bríos para atacar a la gestión lopezobradorista y no atender los pactos para lograr la estabilidad económica que necesita frente a la crisis, que mostrará su rostro más duro en los primeros meses del próximo año.
Y un riesgo más, frente al poder criminal los programas sociales y la actuación de los cuerpos de seguridad, no han podido frenar la influencia y control territorial, mucho menos la penetración de esos cárteles en los grupos de Morena, PAN, PRD y PRI, construyendo una nueva agenda de intereses que se irán mostrando en estos meses, de cara a las peleas electorales.
En la historia reciente, el Estado mexicano ha transitado por momentos de vulnerabilidad muy peligrosa, incluso al punto de rebeliones sociales. Esta vez, son demasiados los frentes abiertos y los ingredientes que suman; así que se requerirá de una altísima visión de Estado de todos los actores y de un accionar estratégico para que México no quede atrapado en un oscuro pantano.