El espacio aéreo en la Ciudad de México atraviesa por el peor momento del que especialistas internacionales y nacionales tengan memoria. Fue tan mal diseñado que los incidentes se incrementan cada día, y ya superan el centenar, desde pequeños hasta algunos de alto riesgo, en los que aviones comerciales y de carga han resuelto situaciones críticas.
Una premisa que en el medio aeronáutico se considera como una alerta, es que por cada 100 incidentes, puede darse un accidente. Nuestro país ya está en ese punto.
Es tan peligroso, advierten verdaderos profesionales de la aeronáutica, que un incidente de terribles consecuencias es real y posible. Desde que se estrelle un avión al intentar aterrizar o choque en el aire o contra las montañas del Valle de México, por ejemplo.
Especialmente en estas fechas de lluvias, cuando las condiciones del cielo se complican y por momentos se pierde visibilidad, al igual que en tierra, no sólo en las pistas sino desde la torre de control; incluso en fallas en la tecnología
La periodista Lourdes Mendoza expuso esta semana en su columna Sobremesa, por lo menos tres ejemplos de peligrosos incidentes. Sólo fueron un ejemplo de los más recientes, desde la falta de distancia entre aeronaves, pretender realizar operaciones simultáneas en las pistas del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), y por la corta distancia con los obstáculos orográficos.
Esos que relató con fecha precisa, se han repetido a lo largo del año que tiene el rediseño, poco a poco incrementándose, y. cada vez más cercanos unos de otros. Desde el exceso de uso de combustible o la falta de él, aterrizajes con indicaciones inadecuadas, falta de comprensión entre el lenguaje de los controladores aéreos y los pilotos; problemas en altura; falta de personal bien capacitado y de especialistas de apoyo. La lista es larga.
Son tantos, que la Federación Internacional de Asociaciones de Pilotos de Líneas Aéreas (IFALPA) emitió este miércoles un boletín de seguridad para todos sus socios, y advertirles de los riesgos. Sus asociados son los pilotos comerciales de todo el mundo, lo que la hace la más poderosa a nivel global. El gobierno mexicano hasta ahora guardó silencio.
Aunque volar sigue siendo muy seguro en general, los responsables en México de que lo siga siendo no están cumpliendo con las reglas básicas para que eso ocurra, y menos acatan con todos los mecanismos de protección internacionales, lo que está colocando en un riesgo innecesario al espacio aéreo del Valle de México.
Al preguntar si en Palacio Nacional tienen claridad sobre estos riesgos, la respuesta fue no. Los funcionarios encargados se han esmerado en ocultar la información, pero han sido audaces en manipularla a la Presidencia de la República. Aseguran que todo está bien.
Ojalá no suceda, pero si así fuera, los responsables de cualquier accidente que ocurra en el Valle de México tienen nombre y apellido, de forma directa o indirecta, por no hacer su trabajo, por no exigir que se cumplan las disposiciones o porque sabiendo que era incorrecto, aplicaron medidas que no garantizaban la seguridad.
La lista comienza por el Secretario de Comunicaciones y Transportes, Jorge Arganis Díaz Leal; el subsecretario de Transporte, Rogelio Jiménez Pons Gómez; el director del AICM, Carlos Morán; el director de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC), general Carlos Antonio Rodríguez Munguía, y especialmente el director de Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam), Víctor Manuel Hernández Sandoval. Y el titular de la Dirección de Análisis de Accidentes e Incidentes de Aviación de la SCT, porque no ha hecho evidente que Seneam no le ha dado la información para investigar el cúmulo de incidentes.
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