Hasta antes de la llegada al gobierno de Claudia Sheinbaum, el gobierno de la Ciudad de México decía tener un diagnóstico muy claro de la operación de la delincuencia. También de las zonas de riesgo que podrían convertirse en focos de desastres, sea por lluvias u otros eventos. En suma, se aseguraba que se tenía un mapa de riesgos de la capital del país, pero no era así, o al menos nadie lo encontró a la llegada del gobierno morenista, aseguran.
En estos años de la nueva administración, el único mapeo más elaborado y cercano a lo real que tiene la jefa de Gobierno es el de los grupos criminales que operan en la ciudad; que incluye sus espacios de control, sus alianzas y algunas de sus debilidades. Esto gracias a que el secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, ha diseñado este diagnóstico y ha ido recomponiendo la institución, además que tiene gran incidencia en la Fiscalía General de Justicia, en donde ha recomendado a varios funcionarios, lo que le permite amplificar sus datos.
Pero Sheinbaum no tiene información precisa y actualizada día a día de los otros riesgos y amenazas que esta ciudad enfrenta. La causa principal es que parte de su gabinete no ha tomado realmente el control de las instituciones, elaborado verdaderos diagnósticos desde una visión de inteligencia ni construido una real agenda de seguridad nacional para la capital del país en cada uno de los rubros. A lo que se suma alcaldes omisos también.
Tampoco tiene un grupo de personas con experiencia y conocimiento que le provea de información confiable y de manera cotidiana, que le permita la toma de decisiones oportuna, preventiva, de cara a esta agenda de riesgos. Hay quienes dicen que sí existe este equipo, pero no es así, el único que lo tiene es el área de seguridad, no la jefa de Gobierno.
Si algo puso en evidencia el colapso del Metro fue precisamente esta falta de estructura e información estratégica que le falta a Sheinbaum, y que ni siquiera posee la directora Florencia Serranía Soto.
ejecentral publicó la semana pasada que el monto real del recorte presupuestal del Metro ha sido de casi cinco mil millones de pesos a valor presente. Esta cifra, extraída de los informes oficiales de los últimos años, pone en evidencia que la austeridad que debió aplicarse ante las medidas adoptadas desde Palacio Nacional y la caída de ingresos, no se definió con información estratégica.
De haberla tenido, Sheinbaum hubiera sabido que la revisión diaria a la Línea 12, que la directora Serranía Soto ha presumido, servía de forma bastante limitada porque era únicamente a las vías, y en lo más mínimo les brindaba información para conocer el estado de la estructura.
Si la jefa de gobierno hubiera tenido los datos reales de cómo estaba esta línea del Metro, y cuáles eran sus debilidades, habría ordenado cada año una revisión integral a la estructura, y no lo que se hizo parcialmente, que también presume la directora del servicio de transporte.
La respuesta de los cuerpos de emergencia tras el colapso del Metro fue muy efectiva porque hay una mayor coordinación y un mejor mapeo de los recursos con los que se cuenta, pero fue la reacción a un hecho que se pudo prevenir.
Y este es un ejemplo, la lista de condiciones que colocan en riesgo constante a esta Ciudad, que incluso pueden llevarla al colapso es muy larga. Hay personajes especializados en temas de seguridad nacional que las conocen bien, y todos coinciden en que el gobierno no está trabajando como debería en prevenirlos.
