Durante su visita al municipio de Aguililla, Michoacán, el nuncio Franco Coppola vio entre los asistentes a la Misa por la Paz, a algunos miembros del crimen organizado en la entidad.
El embajador del Vaticano dijo que su paso por este territorio “fue una experiencia única, pero al inicio bastante preocupante y terrible porque en la carretera las fuerzas del orden habían limpiado, pero no habían podido borrar las balas de tiroteos”.
“Estoy seguro que miles de gentes que participaron en la misa en Aguililla había también algunos que son parte del crimen organizado y que participaron para enterarse de lo que pasaba. Entonces escucharon el mensaje directamente”, señaló en una entrevista para Milenio.
“El mensaje que la Iglesia da a estas personas no es diferente de lo que dijo Jesús en sus últimas palabras sobre la cruz antes de morir y fue ‘¡Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen!’ Estoy convencido que estas personas no saben lo que hacen o cuánto dolor provocan”, dijo el nuncio.
Para la gente de la zona, la visita del nuncio fue un día diferente, ya que –dijo- están acostumbrados a no poder estar seguros de sus vidas y de sus pertenencias en el que cada día pueden llegar a quitárselas.