En poco más de tres años de esta administración no han faltado partidos, gobiernos, asociaciones, empresarios, organismos y hasta universidades, contra las que el presidente Andrés Manuel López Obrador se ha enfrentado, y la UNAM había sido una más del grupo.
Sin embargo, este miércoles el ataque contra las autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
fue directo y la convocatoria a la rebeldía de sus estudiantes, en rechazo a esta “oligarquía” fue directa y clara.
“Va a depender de los universitarios. Es como la vida en los sindicatos, va a depender de los trabajadores, la democracia sindical va a depender de los trabajadores. Y lo mismo, la democracia en las universidades y el que no sean sometidas y dominadas por la oligarquía, va a depender de los alumnos”, apuntó.
Pero fue un paso más allá: “Y yo les tengo mucha confianza porque los alumnos son como la levadura, eso son los estudiantes en todos los procesos de transformación. Decía Salvador Allende: ‘Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción, hasta biológica’, y también muchos maestros, muchos académicos honestos, intelectuales y comprometidos”.
No es la primera vez que el mandatario incluye en sus ataques a la máxima casa de estudios del país, pues ha pasado incluso, una semana completa hablando de cómo se “derechizó”, o de cómo fue cómplice de los gobiernos que llama “neoliberales”, y hasta la ha criticado por guardar silencio ante el saqueo y corrupción de administraciones presidenciales pasadas.
Aunque por varios meses, los ataques se desviaron en otras direcciones; esta mañana, ante el cuestionamiento de la prensa por los altos salarios de algunos directivos de la UNAM, el Presidente de la República dijo tajantemente que dependerá de sus estudiantes defenderse de esa oligarquía.
Salvo algunos brotes en escuelas y facultades, desde hace más de dos décadas, la vida estudiantil en la UNAM no se ha visto paralizada de forma generalizada, como ocurrió, por ejemplo, en 1986, cuando en busca de una Universidad libre de dogmatismo y hegemonía ideológica, el entonces rector Jorge Carpizo MacGregor propuso y consumó reformas a la estructura jurídica y académica de la UNAM, lo que detonó el nacimiento del Consejo Estudiantil Universitario, uno de los más grandes movimientos de la institución, en el que participaron varios de los integrantes actuales del gobierno federal y de la Ciudad de México.
Otro de los grandes movimientos fue motivado por la modificación al Reglamento General de Pagos en 1999, lo que fue considerado antidemocrático y constituyó la creación del Consejo General de Huelga (CGH), que cumpliría 22 años de su nacimiento en estas fechas, y que paralizó a la institución más de 10 meses.
Ahora, el Presidente de la República hizo un llamado a defender sus universidades y la democracia en ella, y ser partícipes de la transformación, que desde su perspectiva está dominada por lo que identifica como “oligarquía”.