Las autoridades de Nueva Zelanda pondrán fin a la orden de confinamiento de tres días en Auckland el miércoles por la noche, como estaba previsto, porque consideran que el brote de coronavirus en la mayor ciudad del país está controlado.
El confinamiento, el primero en casi seis meses en Auckland, se instauró el domingo por la noche tras descubrirse tres casos en la ciudad.
La primera ministra, Jacinda Ardern, anunció que los familiares de los tres infectados, que pertenecen a la misma familia, habían dado negativo en los test, excepto tres personas que fueron puestas en aislamiento.
Parece “que no tenemos una epidemia generalizada, sino simplemente una pequeña cadena de transmisión que es manejable a través de nuestros procedimientos normales de rastreo y análisis de los casos de contacto”, aseguró.
Ardern dijo que el confinamiento se levantaría el miércoles por la noche pero que la ciudad seguiría en el nivel dos de alerta, que prohíbe las reuniones de más de 100 personas y exige el uso de mascarillas en el transporte público.
Sin embargo, las personas relacionadas con una escuela a la que asistieron tres de los casos positivos tendrán que permanecer confinadas.
Nueva Zelanda, elogiada por su gestión de la pandemia, registró 26 muertes atribuidas al covid-19 por cinco millones de habitantes.