Esta vez, la masacre cometida contra 21 personas, la mayoría niños y niñas, ocurrió a menos de 120 kilómetros de la frontera con México, en una ciudad llamada Uvalde, Texas, en donde el 82% de sus habitantes son de origen hispano, de acuerdo al último censo estadounidense.
La policía local explicó que más tarde dará un reporte más detallado sobre los datos de los menores que murieron. La cancillería mexicana envió al cónsul Ismael Naveja,y al cónsul de seguridad al lugar, pero al cierre de esta edición aún recolectaban los datos del agresor y las víctimas, para determinar si alguno era de origen mexicano.
El tiroteo ocurrió en la Escuela Primaria Robb, en una localidad ubicada entre San Antonio y la frontera con México, a manos de un adolescente de 18 años, de nombre Salvador Ramos.
Al respecto, el presidente Joe Biden pidió a los estadounidenses que se opongan a la industria armamentística en el país, y presionen a los miembros del Congreso para implementar un control más estricto de las armas de fuego. “Esperaba que cuando me convirtiera en presidente no tuviera que volver a hacer esto”, dijo, en alusión a los anteriores tiroteos escolares durante la administración de Barack Obama.
“Estoy enfermo y cansado. Tenemos que actuar. Y no me digan que no podemos tener un impacto en esta carnicería. Los fabricantes de armas han pasado dos décadas promoviendo con agresividad las armas de asalto que les proporcionan los mayores beneficios”, denunció.
La vicepresidenta Kamala Harris también hizo un llamado a tomar medidas para el control de armas. " Nuestros corazones se siguen rompiendo”, dijo, refiriéndose a la historia de tiroteos en escuelas en su país. “Tenemos que tener el coraje de actuar”, fueron sus palabras.
Ted Cruz, senador estadounidense de Texas, tuiteó que él y su esposa estaban rezando por los niños y las familias “en el horrible tiroteo en Uvalde”.
Para los profesores y alumnos de diez años como máximo, en esta escuela de 500 estudiantes —en su mayoría hispanos—, el fin de año estaba fijado para el jueves.
La policía había dicho previamente que un sospechoso había sido detenido luego del tiroteo. La escuela, donde asisten alumnos de segundo a cuarto grado, pidió a los padres que no recogieran a sus hijos hasta tanto no se hubieran contabilizado a todos los estudiantes.
Hasta ahora no se ha revelado la identidad de las personas que murieron en el tiroteo. Sin embargo, ABC News pudo saber que una de las profesores que murieron ha sido identificada como Eva Mireles, quien era maestra de cuarto año.
Medios estadounidenses han señalado que las familias han entrado una a una a las instalaciones para que, una a una, obtengan muestras de sangre y con ello ayudar a las labores de identificación de cuerpos.
A pesar de que frecuentemente se repiten los tiroteos masivos, múltiples iniciativas para reformar las regulaciones sobre armas han fracasado en el Congreso de Estados Unidos, dejando que los estados y los consejos locales promulguen sus propias restricciones.