Todo está apuntando a que la economía global está sufriendo una desaceleración económica, y hay posibilidades de que hasta un tercio de los países del planeta caigan en una contracción antes de terminar el año, advierte el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Un tercio de la economía global podría contraerse este año y el próximo, ante la reducción de los ingresos reales y el persistente aumento en los precios de las mercancías”, mencionó la organización.
En días pasados, el organismo internacional recortó las estimaciones de crecimiento de las principales economías del mundo, entre ellas las de Estados Unidos y China. A la de México la rebajó de 2.4 % a 2.1 % para este 2022, y prevé una profunda desaceleración en 2023 para un crecimiento de sólo 1.2 puntos porcentuales.
El FMI señala que “el aumento de las tasas de interés en todo el mundo debilitarán a los principales impulsores del crecimiento externo, principalmente a América Latina y el Caribe, como son los precios de las materias primas, las exportaciones, las remesas internacionales y el turismo”.
De un crecimiento que esperaban para la región latinoamericana de 2 % para 2023 en su estimación de julio, lo han recortado a uno de 1.7 %.
Según el FMI, los controles de precios, los subsidios, y las prohibiciones de exportaciones no son la respuesta a la crisis energética, pero en nuestro país, la política del presidente Andrés Manuel López Obrador indica todo lo contrario a lo que pide el organismo internacional.
Hace un par de semanas, el mandatario mexicano reforzó su Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC) a una “versión 2”, en la que pide un cierre a las exportaciones de algunos alimentos, así como acordar contener los precios de los alimentos por medio de permisos de importación sin restricciones, además de que ha estado subsidiando los energéticos en el país.
El Presidente asegura que sin estas acciones del gobierno, la inflación estaría en 14 %, y no en 8.7 % que se ha reportado.
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