En medio de una de las reformas más polémicas del sexenio, Omar García Harfuch ha emergido como una de las voces más determinantes en la transformación de la estrategia de seguridad pública en México.
Su defensa vehemente de la incorporación de la Guardia Nacional (GN) a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) no es sólo una postura política; es parte de su visión estratégica para el país. Para García Harfuch, consolidar a la GN bajo el mando de la Sedena es la vía más efectiva para fortalecer esta institución y garantizar su permanencia y profesionalización.
García Harfuch, quien está a punto de recibir el nombramiento como titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) bajo el gobierno de Claudia Sheinbaum, asegura que este traspaso no representa una militarización del país.
En su intervención, subrayó que la SSPC seguirá siendo la entidad encargada de diseñar la estrategia de seguridad y coordinar el Gabinete de Seguridad, con el fin de mantener un equilibrio entre la operatividad militar y el respeto a los derechos humanos. Su visión a largo plazo incluye un enfoque integral que involucra tanto a la Guardia Nacional como a los estados y a las instancias de investigación e inteligencia.
›La propuesta de García Harfuch incluye la creación de una Subsecretaría de Inteligencia e Investigación dentro de la SSPC, un avance significativo en el combate a la delincuencia organizada.
Además, destacó la importancia de incorporar más analistas, investigadores de campo y especialistas técnicos para reforzar las capacidades de investigación en México.
Este enfoque, inspirado en cuerpos policiales exitosos en países como Chile, Italia, Francia y España, pretende mejorar la solidez de las investigaciones y garantizar una mayor efectividad en el combate al crimen.
El plan de García Harfuch se posiciona como una pieza clave dentro del proyecto de seguridad de Claudia Sheinbaum, cuyo objetivo no sólo es atender las causas de la violencia, sino también reforzar las capacidades operativas e investigativas de las fuerzas de seguridad.
Esta estrategia busca la coordinación total entre los diversos niveles de gobierno y las 32 entidades federativas, un punto que García Harfuch considera crucial para enfrentar los crecientes retos de seguridad en México.
No obstante, la visión de García Harfuch ha recibido críticas. En una maratónica sesión en el Senado de la República, que duró más de ocho horas, la reforma constitucional para traspasar a la GN a la Sedena fue aprobada con 86 votos a favor y 42 en contra.
La oposición, conformada por los partidos PAN, PRI y Movimiento Ciudadano, acusó al gobierno de Andrés Manuel López Obrador de militarizar al país, argumentando que esta medida refuerza el control militar sobre la vida pública y representa un retroceso en el avance hacia una policía civil.
Pese a las críticas, García Harfuch ha mantenido su postura. Desde su perspectiva, la seguridad pública en México necesita una estructura sólida y permanente, y la Guardia Nacional, bajo el mando de la Sedena, es una respuesta viable ante los retos actuales de violencia e inseguridad.
El otrora secretario de Seguridad de la Ciudad de México ha defendido que la GN no debe verse como una fuerza militarizada, sino como una institución profesional con una formación que combina disciplina militar y doctrina policial, manteniendo siempre el respeto a los derechos humanos bajo estricta regulación.
Con la reforma aprobada, el siguiente paso será su ratificación en los 32 congresos estatales. Mientras tanto, el debate sobre el futuro de la seguridad en México continúa, y figuras como García Harfuch desempeñan un papel central en la definición de una estrategia que busca equilibrar las preocupaciones de la oposición con la necesidad de transformar la seguridad en el país.
