Ucrania bajo la sombra de Trump

8 de Enero de 2025

Ucrania bajo la sombra de Trump

Ucrania y Trump

Ucrania y Trump

Mientras la figura de Joe Biden se desvanece en el escenario internacional, el presidente electo de Estados Unidos toma el centro del escenario, pero ¿qué depara su regreso a la Casa Blanca para Ucrania y el equilibrio mundial?

El panorama internacional, siempre volátil, se enfrenta a un nuevo punto de inflexión con la posibilidad del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Aunque no asumirá el cargo hasta el 20 de enero, el republicano ya marca la pauta en la diplomacia estadounidense, especialmente en los frentes más delicados, como los conflictos en Siria y Ucrania.

Mientras el presidente saliente, Joe Biden, disminuye su influencia en la política global, Trump se erige como la figura dominante en la sombra.

Este escenario tiene un impacto directo en Ucrania, que enfrenta una guerra de agresión sin precedentes por parte de Rusia. En los últimos meses de la presidencia de Biden, Estados Unidos se ha comprometido con la ayuda militar a Kiev, incluso anunciando un préstamo de 20 mil millones de dólares en el marco de un paquete de apoyo del G7.

Sin embargo, el regreso de Trump promete transformar este apoyo en un terreno inestable. El magnate republicano, conocido por su escepticismo respecto al intervencionismo y su tendencia a reducir el gasto en conflictos internacionales, podría redefinir la relación de Estados Unidos con Ucrania.

El espectro de un acuerdo con Rusia

Trump ha reiterado su postura de mantener a Estados Unidos fuera de los conflictos de Medio Oriente y ha expresado su deseo de recortar la ayuda a Ucrania, lo que podría poner en riesgo los avances logrados hasta ahora en la guerra contra la invasión rusa.

De hecho, en sus publicaciones en redes sociales, Trump ha sugerido que Rusia podría abandonar a su aliado sirio, Bashar al Asad, centrado completamente en la guerra en Ucrania, lo que representaría, según el republicano, una oportunidad para forjar un alto al fuego entre Kiev y Moscú.

Aunque su postura es rechazada por muchos en el establishment estadounidense, la idea de un acuerdo de paz que implique cesiones territoriales por parte de Ucrania genera inquietud tanto en Kiev como en los aliados de Ucrania en Europa.

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha sido explícito al respecto, temiendo que Trump impulse una resolución que favorezca a Rusia y que podría comprometer la integridad territorial de Ucrania. Sin embargo, Zelenski no tiene más opción que dialogar con Trump, pues la influencia de Estados Unidos en la resolución del conflicto sigue siendo clave.

La reciente reunión entre ambos en París, bajo la mediación de Macron, ilustra el delicado equilibrio que los líderes internacionales deben mantener con el hombre que ya parece ser el presidente en las sombras.

Una presidencia en la sombra

Colin Clarke, director de investigación del grupo de seguridad en The Soufan Group, destacó que no es sorprendente que Trump ya busque desempeñar un papel protagónico, pues “ni siquiera es inapropiado en este momento”.

Trump ha sido recibido como una figura central en la diplomacia internacional, con líderes extranjeros que se preparan para una eventualidad que ya parece inevitable: el regreso de un Trump que no oculta su intención de reconfigurar las alianzas internacionales.

En cuanto a Ucrania, el dilema es claro: con Biden aún en el poder, el apoyo a Kiev continúa, pero con la llegada de Trump, las expectativas son inciertas. Mientras Trump se muestra abierto a la negociación con Putin y defiende su postura de “no intervención”, la comunidad internacional teme las repercusiones de una política más aislacionista, especialmente en una guerra donde Ucrania depende del respaldo estadounidense para sostener su lucha.

¿Qué sigue para Ucrania?

La pregunta clave es: ¿qué sucederá cuando Trump asuma el cargo el próximo enero? La administración Biden ha sido un pilar fundamental para Ucrania, pero su legado se encuentra en peligro de ser desmantelado por un nuevo presidente que favorece la negociación directa con Putin y la reducción de ayudas extranjeras.

En este contexto, el futuro de Ucrania es incierto, y la guerra en curso podría verse comprometida por una política estadounidense que, bajo Trump, podría ser más flexible hacia Moscú.

A medida que se acercan las elecciones de 2024, la comunidad internacional observa con atención los movimientos de Trump. Ucrania, por su parte, se encuentra atrapada entre la necesidad de mantener el apoyo estadounidense y el temor a un cambio radical en la política exterior de la Casa Blanca.

En el caso de Ucrania, lo que está en juego es mucho más que el futuro de un país, es el futuro del equilibrio de poder mundial. Y aunque Trump no haya asumido aún el cargo, su influencia ya está marcando el rumbo.