Tras nueve años presa, espera la absolución

30 de Septiembre de 2024

Tras nueve años presa, espera la absolución

Keren Ordoñez

Bajo tortura y amenazas, Keren Ordoñez fue obligada a declararse culpable de un delito que no cometió. Hoy tiene la posibilidad de ser absuelta y liberada

Keren Selsy Ordoñez se estaba recuperando de una cesárea y cargaba a su bebé recién nacida cuando elementos de la Policía de Tlaxcala y Federal la detuvieron a unas calles de su casa en Xalapa, Veracruz. La joven había salido a buscar al padre de su hija para pedirle manutención y terminó acusada de secuestro.

Era diciembre de 2015 y Keren tenía 19 años. En esa condición se enfrentó a amenazas, golpes y tortura, lo que la llevó a firmar una declaración de culpabilidad que la condenó a 50 años de prisión.

A simple vista, podría pensarse que el caso de Keren fue fortuito y que “estuvo en el lugar y momento equivocados”, pero en realidad es víctima de un sistema de justicia que la criminalizó con un claro sesgo de género, señala Melissa Zamora, abogada del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro ProDH) y representante legal de la joven.

El delito de Keren

Ciria Hernández, mamá de Keren, considera que el único error de su hija fue haberse enamorado del “hombre equivocado”, quien la abandonó cuando supo que estaba embarazada y reapareció “solo para vincularla” a un delito.

Keren era una joven apegada a su madre, que soñaba con terminar la preparatoria y empezar sus estudios universitarios para brindarles una mejor vida a sus padres. Sin embargo, conoció al padre de su hija, cuya actividad ilícita la alejaría de su familia.

Todo el embarazo de Keren fue de alto riesgo debido a la preeclampsia. El primer mes de su maternidad transcurrió con normalidad hasta que, el 11 de diciembre de 2015, su expareja la atrajo a su casa bajo el argumento de que le daría dinero para la manutención de la bebé.

Mientras esperaba afuera de la casa de su expareja, con su bebé en brazos, personas armadas descendieron de vehículos oficiales y, sin mediar palabra, sometieron a Keren y a su hija. Dentro del domicilio, detuvieron también a su expareja y a otra persona, y liberaron a una mujer que estaba secuestrada. “No hubo ninguna orden de aprehensión en la que se le informara a Keren por qué estaba siendo detenida; por el contrario, le arrancaron a la bebé de sus brazos y la sometieron desde el primer momento a distintos tipos de violencia, como tortura física y psicológica, pues la amenazaron con hacerle daño a su bebé si no reconocía que había participado en el secuestro”, puntualiza la abogada Melissa Zamora.

Ella sentenciada, él libre

En 2019, un juzgado penal en Apizaco, Tlaxcala, dictó sentencias condenatorias para Keren, su expareja y el sujeto detenido en el domicilio.

El juez impuso 50 años de prisión para Keren, contra quien no había pruebas ni testimonios, mientras que el papá de su hija fue condenado a cinco años de cárcel, de los cuales solo cumplió cuatro.

La expareja de la joven tenía 17 años al momento de cometer el secuestro y fue juzgado bajo el sistema penal para adolescentes.

En 2021, la defensa legal de Keren impugnó la sentencia y un tribunal colegiado concedió el amparo al considerar que se habían violentado los derechos procesales de la joven; además, ordenó reponer el proceso. Keren está a un paso de ser absuelta y liberada, aunque la Fiscalía de Tlaxcala pida lo contrario.

El caso de Keren ejemplifica cómo las mujeres jóvenes, en situaciones de vulnerabilidad, pueden verse atrapadas en la red de un sistema judicial que las penaliza de manera desproporcionada. Su historia pone en evidencia la necesidad urgente de revisar los procesos judiciales y asegurar que las detenciones no sean arbitrarias ni violentas, especialmente cuando se trata de mujeres que han sido víctimas de violencia física y emocional. Keren fue víctima de una detención arbitraria en Xalapa, Veracruz, y
actualmente está recluida en Tlaxcala.