Roban y se comen a sus mascotas. Esa fue la aseveración con la cual Donald Trump se refirió a los haitianos que radican en Springfield durante el debate que sostuvo con Kamala Harris el pasado 11 de septiembre. Estas palabras generaron una polémica que se ha extendido por varios días y ha propiciado que se cuestione la razón por la cual la ciudad se ha convertido en “la nueva casa” de lo migrantes provenientes de Haití.
Son varios factores los que han influido en esta situación. El bajo costo de vida y el déficit de trabajadores que tienen las empresas de dicha ciudad son dos de los principales.
Desde hace unas décadas Springfield ha experimentado una baja en su población. Una de las consecuencias de esto fue la falta de mano de obra de las empresas del sector manufacturero y de servicios, los que sostienen la economía local.
Las empresas empezaron a padecer la falta de trabajadores, la cual empezó a ser cubierta por los haitianos que salieron de su país en busca de una mejor calidad de vida. Al encontrar cobijo, se corrió la voz entra más haitianos, quienes desde la isla, en su travesía hacia el norte del continente o desde otros puntos de Estados Unidos vieron en dicha ciudad de Ohio la oportunidad de materializar el llamado “sueño americano”.
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A esto se sumó la iniciativa del gobierno local que abrió la puerta a nuevas inversiones y empresas que invirtieron recursos en Springfield. Con ello, miles de lugares más de trabajo estuvieron disponibles. Esto propició que la llegada de haitianos se mantuviera.
De acuerdo con The New Yor Times, medio que cita datos otorgados por autoridades de la ciudad, se estima que hay entre 12 mil y 20 mil haitianos en Springfield. La mayoría de ellos no cuentan con papeles, por lo que ahora, con las elecciones presidenciales a realizarse en noviembre, Donald Trump ha fijado su vista en estos indocumentados para robustecer su discurso antiinmigrante. GA