Sombrío panorama para solicitantes de refugio y migrantes
El endurecimiento de las políticas antimigrantes en el segundo mandato de Donald Trump agudizan las condiciones para los solicitantes de refugio y las personas en movilidad
Como lo advirtió desde el periodo de campaña, el retorno de Donald Trump a la Casa Blanca marcó un radical viraje en las políticas migratorias de Estados Unidos encaminadas a blindar la frontera con México.
En las primeras semanas de su segundo mandato, el republicano firmó una serie de órdenes ejecutivas orientadas a reforzar el control fronterizo, entre las que destaca un decreto con el que a partir del 27 de enero “todos los viajes de refugiados a Estados Unidos planeados anteriormente fueron cancelados”.
A dos días de su juramentación, ordenó el despliegue de mil 500 militares para cerrar el paso de migrantes. Lo que se sumó a una cifra récord de arrestos de indocumentados por parte de agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), que en un día registraron 956 arrestos y 554 órdenes de detención, derivado de las redadas anticipadas por el mandatario.
Efecto “disuasivo”
En México los efectos de estas medidas no se han hecho esperar. Así lo confirma el arribo de cerca de mil elementos a Coahuila, como parte del arranque del “Operativo Frontera Norte”, que contempla el despliegue de 10 mil efectivos de la Guardia Nacional como parte de los acuerdos alcanzados por la presidenta Claudia Sheinbaum con el gobierno de Trump para pausar la imposición de aranceles.
›Si bien la mandataria aseguró que dicho despliegue busca evitar el tráfico de drogas de México a Estados Unidos, en particular de fentanilo, organizaciones civiles y especialistas sostienen que se trata de una medida que busca inhibir el ingreso de personas migrantes y solicitantes de refugio, cuyos números van en aumento.
Para Andrés Ramírez Silva, excoordinador general de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), el despliegue de fuerzas es parte de una serie de medidas, acompañadas por la retórica antinmigrante que desde la campaña ha mantenido Trump con un “papel disuasivo” para que las personas no pasen la frontera a solicitar la condición de refugiado y lo hagan del lado mexicano.
“Se está viendo que sí está aumentando el número (de solicitantes) y eso obedece a las diversas declaraciones y medidas que ha estado tomando Trump que dice que va a restablecer el MPP (Protocolos de Protección a Migrantes), que se pierde el CBP-One”, refirió.
Al respecto, la presidenta Claudia Sheinbaum señaló que la suspensión del CBP One, la aplicación móvil gratuita de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza aplicó desde el primer día de gobierno del presidente Trump, generando afectaciones para unas 30 mil solicitantes en México, la mayoría de ellos asentados en Tabasco y Chiapas.
Asimismo, el gobierno de México confirmó que, en los primeros seis días de la administración del presidente estadounidense, México ha recibido más de cuatro mil migrantes deportados, en su gran mayoría mexicanos, pero a decir de la presidenta Sheinbaum “hasta ahora no ha habido un incremento sustantivo”.
Horizonte incierto
Las políticas restrictivas de Estados Unidos han generado un cambio sin precedentes en los flujos de personas en movilidad. A la espera de que se actualicen las cifras de enero de este año, el número de solicitantes de refugio en México cerró 2024 con un total de 78 mil 975 peticionarios.
Si bien la cifra no se comparaba con los máximos históricos alcanzados en 2021, 2022 y 2023 –en los que se registraron 129,432, 119,078 y 140,720 solicitantes respectivamente–, las solicitudes de 2024 significaron un incremento por encima del 35% respecto al total de solicitantes en el periodo de 2013 a 2018, que sumó un total de 58 mil 347 peticionarios.
Aunado a ello, la última actualización del Instituto Nacional de Migración (INM) da cuenta de que tan sólo de enero a agosto de 2024 se identificaron más de 925 mil personas extranjeras en situación migratoria irregular en el territorio nacional, un aumento de 132% en comparación con el total de 2023.
Con el recrudecimiento de las acciones antimigrantes que también se refleja en la carencia de recursos financieros y materiales en la atención de las personas retornadas asentadas en la frontera norte, la situación precaria y la saturación tanto en los albergues como en las delegaciones de la COMAR, principalmente del centro y sur del país, el pronóstico apunta para que, en los hechos, México funja como el tercer país seguro.
Para Andrés Ramírez si bien México debe enfrentar “una situación complicada”, mientras el gobierno no acepte dicha condición y firme un acuerdo con Estados Unidos, nuestro país no puede considerarse ni cuenta con las condiciones y los recursos para fungir como tercer país seguro.
›No obstante, reconoció que “el panorama más adverso y a quienes afecta definitivamente de manera más drástica es para la pobre gente que hizo un recorrido tan grande con el objetivo de pasar la frontera, pues los desalienta y los pone en una condición mucho más difícil para poder solicitar el asilo en Estados Unidos”.
Otro aspecto que abona a la incertidumbre de cómo hacer frente a “una situación tan fuerte y complicada en una coyuntura compleja” es el hecho de que, a cuatro meses de su salida de la coordinación general de la COMAR, a la fecha no se ha hecho público quién asumió la titularidad, y una situación que complejiza aún más la labor de la Comisión es el hecho de en lugar de que le destinen mayores apoyos “desafortunadamente le están quitando recursos”.
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En la opinión de Andrés Ramírez, aunque la implementación de estas medidas busca inhibir el paso de las personas migrantes, también es una realidad que, “por mucho que le pongan inhibidores, disuasivos y políticas migratorias restrictivas, pues si tienen metido en la cabeza que tienen que pasar al otro lado (de la frontera) y que no les sirve simplemente estar en el lado mexicano, pues probablemente no recurran a la COMAR”.