Shein, Moda Viral
Shein domina el mercado estadounidense con su modelo de producción rápida, pero enfrenta críticas por impacto ambiental y condiciones laborales cuestionables
En la última década, la industria de la moda ha experimentado una transformación radical. Las marcas tradicionales, con sus calendarios de producción meticulosos y temporadas predefinidas, han visto su hegemonía desafiada por un nuevo modelo de negocio: la moda ultrarrápida. Y ninguna empresa encarna mejor este fenómeno que Shein. La plataforma de comercio electrónico, nacida en China pero sin presencia comercial en su país de origen, se ha convertido en un gigante del retail, con Estados Unidos como su principal mercado.
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Según estimaciones de GlobalData publicadas por Reuters, 28% de las ventas de Shein en 2023 tuvieron como destino Estados Unidos, seguido de Alemania, Reino Unido, Francia y Japón.
La estrategia de la empresa se apoya en precios bajos y un enfoque tecnológico que optimiza la demanda mediante inteligencia artificial.
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En lugar de producir grandes cantidades de stock por adelantado, Shein implementa un modelo de “prueba y pedido automatizado a gran escala” (LATR, por sus siglas en inglés), que le permite fabricar pequeños lotes y expandir la producción solo si un artículo demuestra ser popular entre los consumidores. El crecimiento de Shein ha sido meteórico. En 2019, sus ingresos alcanzaban cuatro mil millones de dólares; en 2023, la cifra ascendió a 32.2 mil millones, y para 2024 se proyectan 50 mil millones de dólares.
Pese a ello, la sostenibilidad de este modelo está en duda. En un entorno donde las preocupaciones por el impacto ambiental y la ética laboral son cada vez más relevantes, la pregunta clave es si los consumidores priorizan el bajo costo sobre la responsabilidad social. La historia de Shein aún se escribe, aunque su influencia en la moda global es innegable.
›La producción masiva de ropa genera enormes cantidades de residuos textiles y contribuye a la contaminación del agua por los procesos de teñido y manufactura.
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