Rosario Piedra Ibarra: El fantasma del fraude

9 de Enero de 2025

Rosario Piedra Ibarra: El fantasma del fraude

Rosario Piedra Ibarra presidenta de la CNDH

Rosario Piedra Ibarra presidenta reelecta de la CNDH

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Cuartoscuro

La madrugada del pasado miércoles 13 de noviembre, Piedra Ibarra rindió protesta por otros cinco años al frente de la CNDH
Cuartoscuro

La reelección de la titular de la CNDH estuvo marcada por controversias, acusaciones de fraude y la intervención de figuras políticas clave en su designación

Por segunda ocasión, la elección de Rosario Piedra Ibarra como titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) estuvo marcada por la polémica, los señalamientos de fraude, el dedazo y la crítica de legisladores de oposición, activistas, defensores de derechos humanos y víctimas.

Esta vez no hubo empujones entre senadores para evitar que Piedra Ibarra rindiera protesta, como ocurrió hace cinco años; por el contrario, se vio a una oposición indignada y tan pequeña que no pudo frenar la reelección de la ombudsperson.

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A la 4T no le importó que trabajadores enviaran una carta a la presidenta Claudia Sheinbaum para alertarla sobre presuntos actos de corrupción al interior de la CNDH. Tampoco le importó la crisis sin precedentes en la que está sumida la institución, según defensores de derechos humanos. Tampoco le importó que la carta que presentó Piedra Ibarra como respaldo a su candidatura tuviera la firma falsa del obispo emérito de Saltillo, Raúl Vera. Además, no le importó que fuera la aspirante peor calificada por las comisiones de Derechos Humanos y Justicia del Senado.

Rosario Piedra Ibarra
Toma de protesta de Rosario Piedra Ibarra como presidenta de la CNDH. / Cuartoscuro

Fuentes allegadas a la presidenta Sheinbaum se encargaron de difundir el mensaje: la candidata que apoyaría Sheinbaum era Nashieli Ramírez. De hecho, esa aspirante fue la mejor calificada en las comisiones, con 15 puntos, contra un solo punto de Rosario Piedra.

Por un acuerdo político, y no por una calificación basada en la técnica y los méritos, Rosario Piedra Ibarra se coló a la terna que se puso a consideración del pleno del Senado.

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El pasado martes 12 de noviembre, día de la elección, los legisladores de la 4T seguían divididos. Los senadores ubicaban a Piedra Ibarra cCenteromo la candidata del expresidente Andrés Manuel López Obrador y a Nashieli Ramírez como la favorita de Sheinbaum.

Las versiones de que senadores como Javier Corral e Higinio Martínez insistían en votar por Nashieli Ramírez eran tan fuertes que el coordinador de la bancada de Morena, Adán Augusto López, amigo de López Obrador, tuvo que imponerse para que su bancada votara por la reelección de la ombudsperson.

El mismo Adán Augusto López confesó ante el pleno del Senado que la propuesta de dar sobres uninominales a los legisladores se había puesto sobre la mesa. Eso significaba que los sobres tendrían el nombre de los legisladores, por lo que al final se podría saber quién votó por quién. La propuesta fracasó.

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La votación fue por cédula, es decir, cada legislador tenía una boleta con el nombre de las tres candidatas: Rosario Piedra Ibarra, Nashieli Ramírez y Paulina Hernández. Los senadores tenían que votar y depositar su boleta en una urna transparente.

La oposición improvisó una mampara como la que usa el INE en las elecciones. Querían garantizar el voto libre y secreto, convencidos de que algunos morenistas no darían su brazo a torcer y votarían por Nashieli Ramírez. La mampara sacó de quicio al presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, quien ordenó a gritos quitar “el armatoste”.

Ante la sospecha de que no se juntarían las dos terceras partes de los votos para Rosario Piedra Ibarra, Adán Augusto López instruyó a los legisladores de la 4T que mostraran su voto, violando la secrecía.

El excandidato presidencial, el panista Ricardo Anaya, exigió al presidente del Senado garantías de una elección democrática y transparente.

›“No cabe duda de que el pequeño Calderoncito, heredero de aquellos que sí se robaron una elección presidencial… piensa, el león, que todos somos de su condición”, le respondió Adán Augusto López a Anaya.

En los posicionamientos, la panista Laura Esquivel fue una de las que pronunció los discursos más críticos.

“No creo que hayan visto que cuando yo le pregunté (a Piedra Ibarra en su comparecencia), ella me dijo que en México ya no existe la tortura, ya no existen las desapariciones forzadas y ya no hay ejecuciones extrajudiciales. Aquí lo que de verdad se va a votar no es si es Rosario, si es Paulina o si es Nashieli; lo que se va a votar es quién manda en este país, si sigue mandando Andrés Manuel o si ya manda la presidenta Claudia”, exclamó.

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La priísta Claudia Anaya lanzó: “La usurpación de identidad en México es más frecuente de lo que pensamos, así como Marilyn Cote no es psiquiatra, tampoco Rosario Piedra Ibarra es defensora de derechos humanos; terrible, pero cierto, al diablo con sus instituciones”.

“Claro que están presionados, pues lo hemos escuchado en los pasillos del Senado. Claro que hay gente que aquí va a votar obligada y presionada. Pero aquí el problema, amigas y amigos, es que ya se ve quién sigue meciendo la cuna, quién es el titiritero, porque la propuesta de Sheinbaum no era quien hoy parece que van a imponer”, lanzó el expresidente del PAN, Marko Cortés.

El morenista Ricardo Sheffield Padilla subió a tribuna para decirle a la oposición: “¡Votaré como se me venga mi regalada gana!”.

Comenzó la votación y, como les había instruido su líder, los senadores de la 4T mostraron su sufragio. Según Morena, mostrar el sentido del voto era para evidenciar que las boletas no estaban marcadas; según la oposición, la acción fue un pase de lista del oficialismo.

Por Piedra Ibarra votó la expriísta y ahora morenista Cynthia López Castro; también el expanista Javier Corral, quien había escrito en su cuenta de X que no compartía la decisión de apoyar a la ombudsperson.

A medianoche, los integrantes de Morena, PVEM y PT cantaron las mañanitas. Sí, era el cumpleaños 71 del expresidente Andrés Manuel López Obrador.

Los panistas decían que el regalo para el tabasqueño era la votación: Rosario Piedra fue reelegida como titular de la CNDH con 87 votos a favor; Nashieli Ramírez obtuvo 36 votos; Paulina Hernández, uno, y se anularon tres sufragios.

La madrugada del miércoles 13 de noviembre, Piedra Ibarra rindió protesta por otros cinco años al frente de la CNDH, la misma institución que ella ha querido desaparecer para que en su lugar haya una defensoría del pueblo que tenga a un titular que no se reelija; la misma institución que ha encabezado desde 2019 y que no tiene Consejo Consultivo porque todos los consejeros renunciaron hace un año.

Las reacciones llovieron. El Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez lamentó la decisión.

“Se premia indebidamente una gestión caracterizada por el debilitamiento institucional, la inacción y la pérdida de autonomía. Se ignoraron los estándares internacionales sobre la no reelección del ombudsperson”, precisó en un comunicado.

La presidenta Claudia Sheinbaum no quiso opinar sobre el caso. Desmarcó a López Obrador del proceso y dijo que la decisión había sido exclusivamente de los senadores.