Astrónomos descubren cuásar con un chorro de materia mayor que la Vía Láctea

6 de Febrero de 2025

Astrónomos descubren cuásar con un chorro de materia mayor que la Vía Láctea

Científicos lograron captar con el telescopio Gemini Norte, el chorro de materia más grande jamás observado, el cuál sería incluso más grande que la propia Vía Láctea

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El cuásar con el chorro de materia más grande jamás observado fue localizado por científicos con el telescopio Gemini Norte. Tendría el doble de diámetro de la Vía Láctea

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Foto: Canva

El cuásar con el chorro de materia más grande jamás observado fue localizado por científicos con el telescopio Gemini Norte. Tendría el doble de diámetro de la Vía Láctea
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Un equipo de astrónomos ha descubierto el chorro de materia más grande jamás observado en el Universo temprano, con una extensión que duplica el diámetro de la Vía Láctea.

Este hallazgo, realizado con el telescopio Gemini Norte operado por NOIRLab, arroja luz sobre cómo se formaron y evolucionaron los primeros chorros de materia en el cosmos.

El chorro, que se extiende al menos 200 mil años luz, fue identificado inicialmente con el Telescopio Internacional LOFAR (Low Frequency Array), una red de radiotelescopios distribuidos por Europa.

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Posteriormente, observaciones en el infrarrojo cercano con el Espectrógrafo de Infrarrojo Cercano de Gemini (GNIRS) y en el óptico con el Telescopio Hobby-Eberly permitieron obtener una imagen completa del chorro y del cuásar que lo produce.

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Científicos detectaron con el telescopio Gemini Norte un chorro de materia colosal el cual sería más grande que la misma Vía Láctea / Foto: @NoirLabAstro

Un cuásar en el Universo joven

El chorro de materia está asociado a un cuásar llamado J1601+3102, que se formó cuando el Universo tenía menos de 1 mil 200 millones de años, apenas el 9 por ciento de su edad actual.

Los cuásares son núcleos galácticos extremadamente luminosos alimentados por agujeros negros supermasivos. A medida que el gas y el polvo caen en estos agujeros negros, se genera una enorme cantidad de energía, lo que da lugar a potentes chorros de materia.

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Aunque los cuásares suelen tener masas miles de millones de veces mayores que la del Sol, J1601+3102 es relativamente pequeño, con una masa de 450 millones de veces la de nuestra estrella.

“Curiosamente, este cuásar no tiene una masa extrema de agujero negro, lo que sugiere que no se requiere un agujero negro excepcionalmente masivo para generar chorros tan potentes en el Universo primitivo”, explicó Anniek Gloudemans, investigadora de NOIRLab y autora principal del estudio publicado en The Astrophysical Journal Letters.

Implicaciones para la comprensión del Universo temprano

El descubrimiento de este chorro masivo es crucial para entender cómo y cuándo se formaron los primeros chorros de materia en el Universo y cómo influyeron en la evolución de las galaxias.

“Estamos buscando cuásares con chorros potentes en el Universo temprano, los cuales nos ayudan a comprender cómo y cuándo se formaron los primeros chorros y cómo impactan en la evolución de las galaxias”, señaló Gloudemans.

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Uno de los desafíos para detectar chorros en el Universo temprano es la radiación de fondo cósmico de microondas, un remanente del Big Bang que reduce la visibilidad de objetos distantes en longitudes de onda de radio. Sin embargo, la potencia extrema de este chorro permitió su detección desde la Tierra.

Tecnología y colaboración internacional

El estudio combinó el poder de múltiples telescopios operando en distintas longitudes de onda, lo que permitió obtener una imagen detallada del chorro y su cuásar asociado.

“Este objeto muestra lo que podemos descubrir combinando el poder de múltiples telescopios operando a distintas longitudes de onda”, destacó Gloudemans.

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Además, el equipo utilizó la línea de emisión amplia MgII (magnesio) para medir propiedades clave del cuásar, como su masa y la tasa a la que consume materia. Esta señal, que normalmente aparece en el rango ultravioleta, se “estira” a longitudes de onda del infrarrojo cercano debido a la expansión del Universo, lo que permite su detección con GNIRS.

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Los cuásares son núcleos galácticos extremadamente luminosos alimentados por agujeros negros supermasivos.
/ Foto: Canva

QT