En México, el acceso a la salud enfrenta un nuevo obstáculo: el presupuesto de Egresos 2025, que, de aprobarse sin modificaciones, recortará el gasto en salud pública en un 11%, dejando a millones de personas en la incertidumbre.
El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) advierte que los hospitales públicos y la población sin seguridad social serán los más afectados por esta decisión. Con un presupuesto proyectado de 918.4 mil millones de pesos, las implicaciones ya se sienten en las historias de quienes enfrentan un sistema de salud en deterioro.
Atrapados
En el Hospital Infantil de México Federico Gómez, Biridiana Alvarado Cuéllar vive la angustia de no poder surtir los medicamentos que controlan el dolor de su hija Regina, quien padece leucemia linfoblástica aguda. Tras tres semanas de espera, el alivio sigue siendo una promesa lejana, comenta en entrevista vía telefónica con ejecentral.
Para Tomás, un derechohabiente del IMSS en Tlalnepantla, las citas médicas se han convertido en un lujo. Antes las recibía mensualmente, pero ahora enfrenta retrasos que comprometen el control de su hipertensión y ansiedad.
Elisa, quien frecuentaba el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, señala la falta de insumos médicos como una constante en el sistema público.
Historias como estas no son aisladas; reflejan una crisis generalizada que afecta tanto a pacientes como al personal de salud.
El alcance de los recortes
El proyecto presupuestal 2025 incrementa recursos para instituciones como el IMSS, el ISSSTE y el IMSS-Bienestar, pero propone reducciones alarmantes en áreas críticas. La Secretaría de Salud, que atiende a quienes no tienen seguridad social, enfrentará un recorte del 34%, equivalente a 34 mil 420.9 millones de pesos.
Los estados verán una disminución de 60 mil 134 millones de pesos en sus sistemas de salud, y los programas esenciales como Atención a la Salud y Vacunación sufrirán reducciones de 20 mil 536 millones y 10 mil 056 millones, respectivamente.
Institutos nacionales clave como el de Pediatría y el de Nutrición tendrán recortes superiores a los dos mil millones de pesos cada uno. Incluso el gasto en productos farmacéuticos y materiales médicos disminuirá un 3.7%, lo que profundiza la falta de medicamentos que ya enfrentan hospitales y clínicas.
Más allá de los números
Para los hospitales afectados, la reducción presupuestaria no sólo significa menos recursos; también implica un debilitamiento de la infraestructura que ya opera bajo presión. Las salas de urgencias desbordadas, los médicos al borde del agotamiento y los pacientes enfrentando largos periodos de espera reflejan un sistema que lucha por mantenerse a flote. Sin una inversión adecuada, los avances médicos logrados en años recientes podrían desvanecerse, dejando atrás un panorama desolador para el sector público.
La salud mental tampoco escapa a los ajustes, con una disminución de 521.7 millones de pesos respecto al año anterior, dejando al sector con un presupuesto de solo tres mil 460 millones de pesos.
El deterioro de los servicios públicos ha empujado a seis de cada 10 mexicanos a buscar atención médica en el sector privado, donde la rapidez y el bajo costo se perciben como ventajas, aunque muchas veces a costa de su economía.
La Secretaría de Salud enfrentará un recorte del 34%, y los estados verán una disminución de 60 mil 134 mdp en sus sistemas de salud.
