Población desconectada, la desigualdad del acceso a internet

14 de Marzo de 2025

Población desconectada, la desigualdad del acceso a internet

La brecha de acceso a internet en Asia y África revela una profunda desigualdad que aún no se ha podido subsanar

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En un mundo donde la conexión a internet define cada vez más la interacción social, el acceso a la red se ha convertido en una forma de poder. Sin embargo, millones de personas en Asia y África permanecen al margen de esta revolución tecnológica, desconectadas del vasto universo de oportunidades que brinda la era digital.

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India, un gigante en crecimiento, sorprende con la alarmante cifra de 683 millones de personas sin acceso a internet, lo que representa el 47.6% de su población.

En República centroafricana, cerca de 89.4% de la población carece de acceso a Internet, lo que la convierte en uno de los países con menor conectividad del mundo.

A primera vista, esta estadística podría pasar desapercibida para aquellos acostumbrados a la omnipresencia de la tecnología, pero el impacto social y económico de la desconexión es profundo.

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Las áreas rurales, donde las infraestructuras tecnológicas son inexistentes, son las más afectadas. Allí, la falta de acceso perpetúa la pobreza, al alejar a millones de la posibilidad de mejorar su educación o de acceder a mercados laborales globales.

China, con un enfoque férreo en el control de la información, tiene a 336 millones de personas desconectadas, lo que representa un 23.6% de su población.

Aunque menor en porcentaje comparado con India, la cifra es descomunal y plantea preguntas sobre el desarrollo desigual dentro de su propio territorio.

Los márgenes digitales de China no sólo están configurados por la geografía, sino también por una vigilancia estatal que regula con mano firme el contenido accesible en internet.

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En Pakistán, donde 54.3% de la población carece de acceso a internet, las tensiones políticas y religiosas se suman a las barreras tecnológicas. Lo mismo sucede en Nigeria, donde el 54.5% de los habitantes están desconectados.

Las dificultades de infraestructura y los desafíos de gobernabilidad en ambos países hacen que la brecha digital sea más difícil de cerrar.

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Foto especial: Ideogram

Pero si hay un continente que ilustra el abismo entre los conectados y los desconectados, ese es África. Etiopía, la República Democrática del Congo, Tanzania, Uganda y otros tantos países del África subsahariana muestran porcentajes alarmantes: más del 70% de la población en estos países no tiene acceso a la red.

En Sudán del Sur, por ejemplo, el 87.9% de la población está fuera del mundo digital, mientras que en la República Centroafricana la desconexión alcanza el 89.4 por ciento.

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La situación es aún más desesperanzadora en Níger, donde el 83.1% de la población permanece al margen del internet, y en Burundi, que tiene la mayor desconexión del orbe, con el 88.7 por ciento.

India tiene la mayor cantidad de personas desconectadas del internet, con 683 millones, lo que representa el 47.6% de su población.

En el contexto económico, el impacto de la desconexión es devastador. Empresas locales no pueden competir en un mercado global cuando no tienen acceso a las herramientas digitales más básicas, lo que refuerza la dependencia económica de estos países en productos y servicios extranjeros.

Las pequeñas y medianas empresas, que en muchos casos son la columna vertebral de las economías locales, ven limitadas sus posibilidades de crecimiento al no poder comercializar en línea o acceder a cadenas de suministro internacionales.

›La lucha por 
cerrar la brecha digital no sólo es un tema de infraestructura tecnológica; es una cuestión de justicia social, económica y política.