Día de contrastes en Venezuela. Mientras representantes de la oposición salieron a las calles para pedir la libertad de sus compañeros, el presidente Nicolás Maduro estuvo en un acto público con motivo de las fiestas decembrinas y de fin de año.
Decenas de opositores venezolanos se manifestaron el domingo por la libertad de los “presos políticos”, la mayoría de los detenidos durante las protestas que se estallaron tras la cuestionada reelección del presidente Nicolás Maduro, quien en paralelo encabezó un acto “por la defensa de la Navidad”.
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La protesta fue convocada por la líder opositora María Corina Machado, en la clandestinidad y ausente en la concentración. Pedía a la Corte Penal Internacional (CPI) -que ya investiga al país por crímenes de lesa humanidad- que presiona para lograr la excarcelación de poco más de mil 900 detenidos, incluidos 42 menores de edad, según la ONG Foro Penal.
“Estoy cansada de vivir en un país con tanta dictadura, quiero tener libertad”, expresó un manifestante que pidió no revelar su nombre, en medio de un pánico generalizado de terminar en prisión. Vive en la barriada 23 de enero, un bastión chavista controlado por colectivos afines al gobierno.
Maduro fue declarado reelecto tras los comicios del 28 de julio para un tercer período consecutivo de seis años por la autoridad electoral, acusada de servirle. La oposición encabezada por Machado lo acusa de robar la elección, que, asegura, ganó su candidato Edmundo González Urrutia.
Su proclamación llevó a manifestaciones, que dejaron 28 muertos y casi 200 heridos.
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“Creo que el agua ya llegó donde tenía que llegar”, añadió en la protesta de este domingo una mujer que se identificó como María Cecilia Pérez, aunque admitió que no era su nombre.
“Internacionalmente tienen que tomar cartas en el asunto”, siguió con su rostro oculto con una mascarilla marcada con labial rojo, un símbolo impulsado por la oposición para representar la sangre de los muertos en las manifestaciones poselectorales.
La protesta se reprodujo en otras ciudades alrededor del mundo como Bogotá, Buenos Aires, Washington, Madrid y hasta Tokio.
Maduro, en un acto paralelo, ironizó sobre el uso del labial rojo: “La gente que es tóxica que se pintan la boca de rojo en vez de salir a rumbear (de fiesta), ¿tenemos que pintarnos la boca de rojo? Lo único que tenemos bien pintadito de rojo es el corazón bolivariano y chavista”.
“Ha comenzado diciembre en paz y así debe seguir”, señaló el mandatario, a quien el CPI ya lo investiga por la represión de protestas antigubernamentales en 2017, que dejó 125 muertos. Describió a Venezuela “como el país de la alegría”.
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“Señora tóxica”, dijo en referencia a Machado, “si usted no puede dejar de odiar y dejar quieta a Venezuela para que siga su camino de recuperación y prosperidad, por lo menos no haga daño. ¡Basta!”.
Los seguidores del chavismo llevaban gorros de San Nicolás y la primera dama, Cilia Flores, lució un suéter con la imagen de un reno, parte del simbolismo navideño estadounidense.
En medio de la crisis tras su cuestionada reelección, Maduro había decretado en septiembre el adelanto de la Navidad desde el 1 de octubre.