Masking, táctica para sobrellevar una situación incómoda
El "masking" o enmascaramiento es una estrategia que muchas personas, especialmente aquellas que tienen neurodivergencias
El “masking” o enmascaramiento es una estrategia que muchas personas, especialmente aquellas que tienen neurodivergencias como el autismo, utilizan para adaptarse a las expectativas sociales. Se trata de ocultar o disimular la manera en que una persona se comporta o siente, para ajustarse a lo que se considera “normal” en su entorno. Esta táctica puede ser utilizada tanto para evitar situaciones incómodas como para protegerse del juicio o del rechazo social.
Para entenderlo mejor, imagina que estás en una situación en la que sientes que tu forma de ser o de reaccionar no es aceptada. Puede que tu manera de ver las cosas, o tus emociones, no coincidan con lo que los demás esperan de ti.
Para encajar o simplemente para evitar la burla o el maltrato, puedes sentir la necesidad de “ponerte una máscara”. Este es el núcleo del masking: simular comportamientos más aceptados socialmente, aunque no coincidan con lo que realmente sientes o piensas.
¿Quiénes usan el masking?
Aunque esta estrategia es común en personas dentro del espectro autista (TEA), también la utilizan personas con trastornos como el Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) o el Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC).
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A menudo, las mujeres neurodivergentes son quienes más recurren a esta técnica, pues las expectativas sociales sobre cómo deben comportarse las mujeres pueden hacer que se sientan presionadas a enmascarar su verdadera personalidad.
¿Por qué es importante hablar sobre el masking?
El masking puede ser agotador, emocionalmente desgastante y, con el tiempo, tener efectos negativos en la salud mental de quienes lo practican. Las personas que constantemente se ven obligadas a “camuflarse” pueden sentirse solas, incomprendidas o incapaces de ser ellas mismas.
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Además, pueden experimentar ansiedad, depresión o incluso sentirse desconectadas de su entorno social, ya que siempre están fingiendo ser algo que no son.
Es esencial que todos comprendamos que no existe una sola forma de experimentar el mundo. Las neurodivergencias no son un “trastorno” en el sentido negativo de la palabra, sino una forma diferente de ser. Lo que se necesita es empatía, aceptación y un esfuerzo por derribar los estigmas que rodean a las personas con diferencias en su forma de pensar o de sentir. Todos debemos aprender a respetar esas diferencias, entenderlas y, sobre todo, dejar de esperar que todos actúen de la misma manera.
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¿Cómo podemos apoyar?
Si conoces a alguien que está utilizando masking, lo primero que debes hacer es ser empático y paciente. Las personas que enmascaran sus emociones y comportamientos no lo hacen por capricho, sino por una necesidad de encajar o protegerse. Asegúrate de crear un ambiente donde puedan ser ellos mismos sin temor a ser juzgados.
En lugar de esperar que las personas se ajusten a un molde de comportamiento, debemos apoyar la diversidad de formas de vivir y experimentar el mundo. Con el tiempo, podemos construir una sociedad más inclusiva, en la que el masking ya no sea necesario y las personas puedan ser auténticas sin miedo al rechazo.