Los semáforos necesitan un cuarto color, el blanco: Un estudio lo prueba

Los semáforos, aunque vitales para el control del tráfico en nuestras ciudades, podrían estar a punto de experimentar una gran transformación. Un estudio de la Universidad Estatal de Carolina del Norte propone la inclusión de un cuarto color en los semáforos: el blanco. Este cambio surge a raíz de la creciente presencia de vehículos autónomos y eléctricos en las calles.

¿Cómo funcionaría el cuarto color en los semáforos?

El color blanco en los semáforos indicaría a los conductores humanos que sigan al vehículo autónomo que tienen frente a ellos en una intersección. Este color solo sería efectivo cuando haya una alta concentración de vehículos autónomos en una zona. Los vehículos autónomos, conectados entre sí y con la infraestructura de la ciudad, permitirían que el tráfico fluya de manera más eficiente, incluso atravesando intersecciones en rojo, sin poner en peligro la seguridad vial.

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Ventajas del cuarto color en los semáforos

El estudio revela que la implementación de este sistema podría mejorar los tiempos de desplazamiento. Según los resultados de simulaciones de tráfico:

• Con un 10% de vehículos autónomos, el tiempo de viaje mejora un 3%.
• Con un 30% de vehículos autónomos en el área, el tiempo de desplazamiento disminuye un 10.7%.
• Este sistema también ayudaría a reducir el consumo de energía y optimizar el uso del tiempo en los viajes.

La propuesta en la práctica: ¿cuándo veremos este cambio?

Aunque este sistema es prometedor, todavía no se ha probado en un entorno real. Por el momento, la idea permanece en la fase teórica. Sin embargo, el crecimiento de la movilidad autónoma podría acelerar la adopción de tecnologías como esta.

Historia breve de los semáforos: de Londres a la revolución tecnológica

• Los semáforos no siempre fueron como los conocemos hoy. Su historia comienza a finales del siglo XIX:
  
  • Primer semáforo: En 1868, Londres fue la primera ciudad en instalar un semáforo frente al Parlamento británico. Fue diseñado por John Peake Knight y utilizaba señales mecánicas y luces de gas.
  • Primer semáforo eléctrico: En Cleveland, Ohio, en 1914, se instaló el primer semáforo eléctrico, operado manualmente por un policía. Este cambio mejoró el control del tráfico en zonas congestionadas.
  • La luz amarilla: En 1920, se añadió la luz amarilla, facilitando la transición entre el rojo y el verde. Este fue un avance clave para prevenir accidentes.
  • Semáforos automatizados: A medida que las ciudades crecían, los semáforos se automatizaron y se integraron en redes para mejorar la circulación y la seguridad vial.

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¿Por qué surgieron los semáforos?

El aumento del tráfico vehicular y los accidentes en las ciudades industriales, como Londres y Nueva York, motivaron la creación de un sistema que pudiera garantizar la seguridad de peatones y conductores. Los semáforos se convirtieron en una herramienta esencial para organizar el tráfico y reducir los riesgos en las calles.

El futuro de los semáforos: ¿estamos preparados para el cuarto color?

A medida que los vehículos autónomos se convierten en una realidad más cercana, la integración de nuevas tecnologías en la infraestructura vial se vuelve inevitable. El cuarto color en los semáforos, el blanco, podría ser una de las grandes innovaciones que marcarán la diferencia en la forma en que gestionamos el tráfico en las ciudades del futuro.

El cambio hacia un sistema de semáforos más inteligente, que incorpore el color blanco, podría revolucionar la manera en que nos movemos por las ciudades. Si bien todavía falta tiempo para que este sistema se implemente, los estudios y simulaciones de tráfico nos dan una visión clara de cómo la tecnología y la movilidad autónoma están configurando el futuro de nuestras infraestructuras viales. DJ