Los ojos del narco, al estilo C-4: Así operan las videocámaras que vigilan “plazas” de Mexico
Los narcos han dado un paso más en sus operaciones criminales: ya cuentan con cámaras de videovigilancia para operar a sus anchas en territorios que disputan. Lo que era un secreto a voces, se confirma por primera vez, en distintos hallazgos en Sinaloa y en Chiapas
Más de cien cámaras de videovigilancia de grupos del crimen organizado han sido desinstaladas las últimas semanas en dos estados del país.
Los delincuentes han ido más allá de contratar “halcones” (vigilantes) para cuidar “sus plazas” y ahora usan la tecnología; en algunos casos sus aparatos son incluso más costosos que los instalados por el gobierno en los llamados C-4 o C-5.
En algunos casos, las cámaras se colocaron en postes desde donde se canalizan llamadas de emergencia, para simular que eran legales. En todos los casos se investiga exactamente a qué grupos criminales pertenecen este tipo de instalaciones.
En Sinaloa -donde operan dos facciones del Cártel de Sinaloa- al menos desde 2022 hay reportes de este tipo de centros de inteligencia del narcotráfico. “Era un secreto a voces”, comenta un periodista local.
En Culiacán, Sinaloa, este mes se descubrió que un inmueble en el sector Las Quintas -donde vive gente de clase media y alta- operaba como un centro estratégico para el crimen organizado.
Y es que durante un operativo llevado a cabo por fuerzas federales, se aseguraron equipos de videovigilancia que ofrecían vistas en tiempo real de diferentes puntos de la ciudad.
La casa está ubicada sobre la avenida El Dorado, entre las calles Estado de Chiapas y Sinaloa, donde aseguraron los dispositivos que según las autoridades les han servido para saber cómo moverse por las calles de la ciudad, como por ejemplo para evitar o eludir a las fuerzas de seguridad.
“Son centros de operaciones y centros de mando que tanto la mayiza como la chapiza tienen en diferentes puntos para controlar sus operaciones. La mayoría de esas son o casas de seguridad o son zonas que están cerca de centros de distribución, o centros donde resguardan el dinero para pagarles a los sicarios o los halcones”, señala José Luis Montenegro, autor de “Los Chapitos”.
Lo que buscan los delincuentes al instalar estos centros es “conocer cómo se están moviendo ciertas zonas de la ciudad y estar prevenidos para ataques de contras, o vigilancia de la propia policía estatal o algún operativo de la Guardia Nacional o del Ejército”.
Desde hace “varios años”, señala, “se ha hablado de que el Cártel de Sinaloa tiene sitiada la ciudad (de Culiacán), no solamente de manera operativa y táctica, sino también de esta parte de inteligencia operativa, con el uso de cámaras, como si fueran un C-4”.
El Cártel de Sinaloa ha llegado al grado de impedir que las autoridades vigilen las calles a través de los sistemas de videovigilancia oficiales y legales. En noviembre pasado, durante la madrugada, los delincuentes destruyeron en menos de una hora más de 80 videocámaras del Centro de Comando, Control, Comunicaciones, Cómputo e Inteligencia del estado de Sinaloa (C-4i).
Videocámaras más costosas que las del gobierno
En Chiapas, la Fiscalía ha reportado el desmantelamiento de más de 100 videocámaras ilegales en los municipios de Frontera, Hidalgo, Metapa de Domínguez, Suchiate, Emiliano Zapata, Acala, Tonalá y Mapastepec.
Estos centros de “inteligencia” del narco eran un secreto a voces y están por lo menos desde el gobierno pasado.
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El subsecretario de operación policial, Juan Valerio Gómez Zamora, dice a ejecentral que lo que más le sorprende es que algunos de estos aparatos son incluso más costosos que los que tiene el gobierno.
“Realmente pues les estamos quitando los ojos a ellos, era el control que manejaban ellos principalmente. No necesitaban tener un halcón fijo si tenían las cámaras”, reconoce el funcionario de la secretaría de seguridad de Chiapas.
“En algunos casos (encontramos) cámaras muy caras. Le invirtieron bastante, te puedo decir que la inversión en algunos casos sí es muy fuerte. Si haces comparativo con algunas de gobierno sí le invirtieron un poquito más”, comenta sin decir una cantidad estimada.
No son entonces como las cámaras que uno pone en su casa…-, se le menciona.
“No, es un equipo más sofisticado, de mayor tecnología y mayor resolución”.
El funcionario celebra que estos desmantelamientos ocurran desde el inicio del nuevo gobierno chiapaneco y no al final. Advierte que los operativos continuarán.
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“No vamos a parar. No tenemos que dejar en ninguna parte de Chiapas la impunidad total”, señala vía telefónica.