¿Las redes sociales fomentan los trastornos alimenticios de los jóvenes? Esto dicen los expertos
Un estudio de la Universidad de Málaga reveló que las redes sociales agravan los trastornos alimenticios al promover comunidades que refuerzan la anorexia y la bulimia, afectando principalmente a mujeres jóvenes
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En plataformas como TikTok, Instagram y Telegram, los usuarios comparten dietas extremas, retos peligrosos y ‘trucos’ para ocultar conductas dañinas, siguiendo las órdenes de líderes que imponen prácticas perjudiciales.
/Foto: Canva
Las redes sociales se han convertido en un factor clave en el agravamiento de los trastornos de conducta alimenticia (TCA), como la anorexia y la bulimia, según un reciente estudio realizado por la Universidad de Málaga, en España.
Plataformas digitales agravan enfermedades
La investigación, publicada en la revista Frontiers, revela que estas plataformas no solo perpetúan comportamientos peligrosos, sino que también crean comunidades que refuerzan la insatisfacción corporal, especialmente entre mujeres jóvenes.
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El equipo de investigadores, conformado por Claudia Ruiz, Raquel Cueto, José Miguel Pena y Andrés Fontalba, analizó más de 57 recursos digitales provenientes de seis plataformas populares entre adolescentes y jóvenes adultos: TikTok, Instagram, Google Blogs, Telegram, Facebook y X (antes Twitter).
A través de un muestreo intencional no aleatorio, identificaron cómo el contenido relacionado con dietas extremas, “trucos” para adelgazar y estrategias para ocultar conductas alimenticias perjudiciales se propaga rápidamente.
Comunidades peligrosas y lenguaje autoritario
Uno de los hallazgos más alarmantes del estudio es la estructura piramidal que presentan estos grupos en línea. De acuerdo con el doctor Andrés Fontalba, uno de los autores de la investigación, “existe una figura líder que dicta las normas y desafíos, mientras que el resto de la comunidad sigue sus directrices de manera casi impositiva”.
Este liderazgo autoritario fomenta una competencia malsana entre los participantes, quienes comparten imágenes y videos de sus “progresos” mientras se animan mutuamente a continuar con conductas peligrosas.
Las redes sociales también sirven como medio para intercambiar información sobre cómo ocultar la condición a familiares y profesionales de la salud.
“Estamos viendo en la consulta clínica cada vez más patologías de ansiedad y depresión, y un aumento de los trastornos de conducta alimentaria. El comportamiento de estas personas con las redes sin duda impacta de forma muy negativa porque esa información a la que antes costaba llegar ahora la tienen en el móvil”, señaló Fontalba.
La pandemia exacerbó el problema
El estudio también destaca que la pandemia de COVID-19 intensificó el uso de redes sociales, incrementando la insatisfacción corporal y el temor a perderse eventos sociales. Este fenómeno, conocido como FOMO (“fear of missing out”), llevó a un aumento significativo de los trastornos alimenticios durante el confinamiento.
Lo más preocupante es la magnitud de estas comunidades con malos tips para cuidar la salud alimenticia. Los investigadores encontraron grupos con más de ocho mil miembros, a los que resultó sorprendentemente sencillo integrarse.
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“La facilidad con la que se accede a estos espacios y la cantidad de personas involucradas es alarmante”, advirtió Fontalba.
Ante estos hallazgos, los expertos subrayan la importancia de la educación digital y la supervisión parental, así como la necesidad de que las plataformas tecnológicas implementen medidas más estrictas para prevenir la difusión de contenido que promueva conductas alimenticias nocivas.
“La prevención y la detección temprana son clave para proteger la salud mental y física de nuestros jóvenes”, concluyó el equipo de investigación.
QT