La escritora colombiana Pilar Quintana, ha abordado de manera magistral uno de los temas más controversiales en toda la existencia humana. La maternidad.
Con su libro “La Perra” aborda la ausencia con tanta intensidad y delicadeza, ambientada en la costa pacífica de Colombia, donde, además, retrata la imponente y a veces hostil naturaleza del entorno, sino que también explora las emociones humanas más crudas, como el dolor, el rencor y el vacío de no poder ser madre.
Quintana fue elegida en el 2007 una de las 39 escritoras menores de 39 años más destacadas de América Latina por el Hay Festival, y desde entonces ha destacado en la literatura latinoamericana hasta nuestros días.
Libro La Perra de Pilar Quintana
Durante la lectura de La Perra Quintana teje una historia profunda, donde la relación entre Damaris, la protagonista, y Chirli, una perra que adopta en un intento de llenar el vacío de la maternidad, se convierte en el eje central de un relato que toca fibras sensibles sobre la feminidad, las expectativas sociales y el empoderamiento femenino.
Además, el entorno geográfico en el que se desarrolla la historia es vital para comprender la densidad emocional de la trama; la costa pacífica colombiana, un lugar de belleza imponente pero también de desafíos extremos, refleja las luchas internas de los personajes.
Damaris, al igual que muchas mujeres en la región, enfrenta no solo la pobreza estructural, sino también las presiones sociales relacionadas con la maternidad. La narrativa, cargada de simbolismo, fusiona la crudeza del paisaje con las emociones humanas, creando una atmósfera donde la naturaleza parece amplificar los sentimientos de opresión y desolación.
Por otro lado, uno de los grandes logros de La perra es cómo Pilar Quintana aborda el tema de la maternidad frustrada desde una perspectiva que desafía las narrativas tradicionales. La relación entre Damaris y Chirli, la perra, va más allá de la simple compañía; es una representación del deseo insatisfecho de ser madre y la proyección de ese vacío en un ser que, aunque no es humano, llega a ocupar un espacio crucial en la vida de Damaris. Este vínculo, que a veces se torna tenso y desesperado, lleva al lector a cuestionar las formas en las que se construyen las relaciones de afecto en entornos rurales y cómo estas pueden simbolizar la búsqueda de empoderamiento en mujeres que viven bajo condiciones adversas.
Quintana invita a los lectores a cuestionar no solo el concepto de maternidad, sino también las dinámicas de poder y género que influyen en la vida de las mujeres en zonas rurales de Colombia y América Latina.
Entrevista con Pilar
La perra está ambientada en la costa pacífica de Colombia, un lugar que has habitado. ¿Cuáles fueron los mayores desafíos y aprendizajes al recrear este escenario en tu novela, especialmente en relación con las experiencias de las mujeres en esa región?
La mayor dificultad fue capturar la complejidad de una región tan rica y diversa como la costa pacífica colombiana. Es un territorio de contrastes donde la belleza natural convive con la pobreza extrema. Para las mujeres, en particular, el entorno impone una serie de limitaciones que van desde la falta de oportunidades hasta los estigmas sociales. Recrear fielmente esas dinámicas en la novela fue un reto, pero también me permitió explorar cómo el entorno afecta las emociones y las decisiones de los personajes. Las mujeres en esta región son increíblemente resilientes, y ese fue un aprendizaje clave que quise reflejar.
La maternidad frustrada es un tema central en La perra. ¿Cómo surgió la idea de conectar este vacío materno con la relación entre Damaris y Chirli, y qué mensaje esperas transmitir sobre la maternidad en sus diversas formas?
La maternidad es un tema que toca fibras muy profundas. La idea surgió al observar cómo muchas mujeres luchan con el concepto de la maternidad, ya sea por no poder tener hijos o por la presión social de convertirse en madres. Damaris adopta a Chirli como una forma de llenar ese vacío, pero al mismo tiempo su relación con la perra refleja las frustraciones y ansiedades que siente. Quise explorar las distintas formas en que las mujeres experimentan la maternidad y cómo estas experiencias pueden ser empoderadoras o debilitantes, dependiendo de las circunstancias.
La atmósfera densa y opresiva de La perra refleja tanto el entorno como las emociones de los personajes. ¿Qué buscabas comunicar sobre la intersección entre la naturaleza hostil y los conflictos internos de Damaris, especialmente desde una perspectiva de empoderamiento femenino?
La naturaleza en La perra no es solo un escenario; es un personaje en sí mismo. La hostilidad del entorno refleja el tumulto emocional de Damaris. Quería mostrar cómo el entorno puede moldear la vida interior de una persona, en este caso de una mujer, y cómo las dificultades externas pueden exacerbar los conflictos internos.
Desde una perspectiva de empoderamiento, creo que es fundamental reconocer que, aunque el entorno sea opresivo, las mujeres tienen una capacidad innata de adaptarse y luchar contra esas fuerzas, buscando su propio camino hacia la liberación emocional.
La novela explora el rencor, la culpa y las relaciones rotas. ¿Cómo influyó tu observación de las dinámicas de género en la costa pacífica colombiana en la construcción de estas tensiones emocionales?
Las dinámicas de género en la costa pacífica son complejas. Las mujeres están atrapadas en roles tradicionales, muchas veces subestimadas y relegadas a la vida doméstica, mientras que los hombres suelen ocupar las posiciones de poder, aunque muchas veces también están ausentes debido a la migración o el conflicto armado. Estas realidades generan una profunda sensación de rencor y resentimiento, tanto hacia los hombres como hacia las estructuras sociales que perpetúan esas dinámicas.
En la novela, estas tensiones se manifiestan en la vida de Damaris y su entorno, y son una parte integral del conflicto emocional que quería reflejar.
Abordar la maternidad desde la perspectiva de una mujer que no puede tener hijos es un acto valiente.
¿Qué significó para ti como escritora explorar este tema, y cómo puede resonar con otras mujeres en situaciones similares?
Explorar el tema de la maternidad desde esa perspectiva fue una experiencia reveladora.
La sociedad muchas veces define a las mujeres por su capacidad de tener hijos, y cuando eso no es posible, puede crear un vacío emocional profundo. Para mí, fue importante dar voz a una experiencia que muchas veces se silencia o se minimiza.
Creo que muchas mujeres que han pasado por situaciones similares podrán encontrar consuelo y reconocimiento en la historia de Damaris, y espero que la novela abra un espacio para conversaciones sobre los diversos significados de la maternidad.
En La perra, retratas una comunidad marcada por la pobreza estructural.
¿Qué te llevó a reflejar esta realidad, y cómo puede empoderar a las mujeres al contar sus historias?
La pobreza estructural es una realidad que no se puede ignorar, especialmente en regiones como la costa pacífica colombiana. Decidí reflejar esta realidad porque afecta todos los aspectos de la vida de las personas, desde sus relaciones hasta sus expectativas de futuro.
Al contar las historias de estas mujeres, espero que sus luchas sean visibles, y que al hacerlo, encuentren formas de empoderarse, ya sea a través de la solidaridad, el reconocimiento de su resiliencia o el simple hecho de que sus voces sean escuchadas.
Los animales, como Chirli, juegan un papel central en la vida de los personajes.
¿Qué revela esta relación sobre la conexión emocional en comunidades rurales y cómo puede ser un símbolo de empoderamiento para las mujeres?
En comunidades rurales, los animales no son solo compañeros, sino también una fuente de conexión emocional y espiritual. En el caso de Damaris, Chirli representa una forma de llenar el vacío que la maternidad le ha dejado. La relación entre ambas simboliza cómo, a veces, las mujeres encuentran formas alternativas de expresar su cuidado y afecto, más allá de las expectativas sociales.
En ese sentido, esta relación también es un símbolo de empoderamiento, ya que permite a Damaris definir su propia versión de la maternidad.Damaris adopta a Chirli para llenar su vacío maternal.
¿Qué reflexiones esperas que los lectores hagan sobre las diversas formas de maternidad y afecto, y cómo estas pueden empoderar a las mujeres en su búsqueda de conexión?
Espero que los lectores reflexionen sobre la idea de que la maternidad no siempre es biológica y que existen muchas formas de expresar el amor maternal. En la búsqueda de conexión, muchas mujeres descubren caminos que no siguen el modelo tradicional de la maternidad, y eso es perfectamente válido.
La relación de Damaris con Chirli muestra que el afecto y el cuidado pueden manifestarse de muchas maneras, y que esas experiencias también son válidas y empoderadoras.
¿Qué mensaje deseas que perdure en los lectores después de terminar La perra, especialmente en lo que respecta a las emociones y dilemas que enfrenta Damaris desde una perspectiva de género?
El mensaje que espero que los lectores se lleven es que la maternidad, la feminidad y las emociones humanas son mucho más complejas de lo que las normas sociales nos hacen creer.
Damaris es una mujer que lucha por encontrar su lugar en un mundo que a menudo no le da espacio para ser ella misma. Quiero que los lectores comprendan que las luchas internas de las mujeres, como las que enfrenta Damaris, son válidas y poderosas, y que cada mujer tiene el derecho de definir su propio camino hacia el empoderamiento.
Desde que escribiste La perra, ¿cómo ha evolucionado tu perspectiva sobre la maternidad, la feminidad y las relaciones humanas, y qué impacto crees que esto puede tener en la vida de otras mujeres?
Escribir La perra fue un proceso transformador. Me hizo cuestionar muchas ideas preconcebidas sobre la maternidad y la feminidad. Ahora veo que estas experiencias son mucho más fluidas y diversas de lo que solemos aceptar. Por otro lado cuando escribí Los abismos me di cuenta que también existe otra cara de la maternidad, en La perra utilicé el punto de las mujeres que quieren ser madres y no pueden, y en esta otra novela, la escribí desde la perspectiva de las mujeres que no están interesadas en ser madres pero que tienen que serlo.
Entonces mi perspectiva ha evolucionado hacia una mayor comprensión de que cada mujer tiene su propio camino, y ese camino no tiene que ajustarse a las expectativas tradicionales.
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