La disyuntiva de las ultraderechas

3 de Marzo de 2025

La disyuntiva de las ultraderechas

La victoria de Merz plantea un dilema sobre cómo manejar el poder de los movimientos de extrema derecha

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Habían pasado pocas horas desde la victoria de Friedrich Merz en Alemania, cuando los titulares dieron la vuelta al mundo: Alternativa para Alemania (AfD), el partido considerado de extrema derecha había quedado en el segundo puesto entre los votantes, con el 20.8% de los sufragios.

Ante la noticia, la preocupación comenzó a surgir, por la posibilidad de que el partido radical obtenga más poder y representación tanto en Alemania como en Europa, en especial considerando que el gobierno alemán se conforma por coaliciones, lo que generó temores de que la Unión Cristianodemócrata (CDU), el partido ganador, pudiera aliarse con AfD.

En entrevista con ejecentral, Pedro Arturo Aguirre, analista de asuntos internacionales y autor de libros, como De Winston Churchill a Donald Trump y Bad Hombres explicó que actualmente tanto Europa como Alemania si experimentan un aumento de movimientos y organizaciones consideradas de extrema derecha, pero a su vez, se han visto varias acciones de resistencia a los mismos.


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En el caso de Alemania, el especialista detalló que se ha establecido una especie de “cordón sanitario” contra los miembros y representantes de Alternativa para Alemania.

Cabe recordar que Friedrich Merz, el líder conservador que se convertirá en futuro canciller de Alemania, señaló que no planea hacer coalición con AfD, pero lo cierto es que estando en un segundo lugar de preferencias entre el electorado, el partido de derecha radical gozará de una posición de poder inigualable para otras fuerzas políticas.

Dilema para Europa

Sin embargo, esto ha dado origen a una disyuntiva, entre permitir que estas organizaciones formen parte del gobierno y se responsabilicen de las decisiones tomadas, o mantenerlas alejadas y excluidas. “No se puede negar que existen estas organizaciones, y por lo tanto establecer un rígido control en contra de ellas es contraproducente porque les estas dejando siempre el voto de protesta. Si no los dejas gobernar, no los dejas probarse al frente de la responsabilidad de una administración pública, para ellos va a seguir siendo muy fácil echando la culpa de todo a los partidos tradicionales y eventualmente llegar al poder”, fueron sus palabras.

A nivel continente, el analista de asuntos internacionales recordó que ya son varios los países con líderes afines al extremismo. Casos como la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni; o la líder ultraderechista francesa Marine Le Pen han levantado las alertas en todo el mundo, y en este sentido, la alta popularidad que registró el partido Alternativa por Alemania no es la excepción.

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Pero de la misma manera que comienzan a proliferar estas organizaciones, Aguirre señaló que “vemos fuerzas políticas todavía mayoritarias que se resisten al avance constate de estas fuerzas de extrema derecha. Si hay un sector o sectores de la población o del electorado europeos que se convencen cada vez más del discurso de esas opciones extremistas, pero también hay movilización de los sectores que las rechazan con vigor”.

Tal es el caso de la propia Alemania, donde días antes de las elecciones que dieron la victoria a la Unión Cristianodemócrata de Friedrich Merz, se registraron grandes manifestaciones de al menos 200 mil personas en contra de AfD, lo que deja claro el rechazo de ciudadanos y organizaciones civiles alemanas a las ideas extremistas del partido actualmente liderado por la economista y empresaria Alice Weidel. “Percibo todavía resistencias importantes frente a la extrema derecha en Europa, a pesar de que estas opciones políticas evidentemente están ganando espacios cada vez de forma más significativa”, puntualizó Aguirre.

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En cuanto a las circunstancias en que podría durar dicha resistencia, el analista de temas internacionales opina que se trata de una cuestión muy delicada, ya que el hecho de mantenerlos aislados “les acaba de dar fuerza y consolidar como el voto de protesta o antisistema”, lo que perpetúa su legitimidad y la posibilidad de que sigan creciendo.

A su vez, esto ocasionará que permanezcan en un papel de oposición, lo que les permitirá no responsabilizarse del gobierno, y tampoco pagarán el precio de tomar decisiones difíciles.

El papel de Alemania en el continente

Las recientes elecciones en Alemania representan una posibilidad para que el país contribuya a la coordinación entre los países de la Unión Europea (UE). Cabe recordar que por mucho tiempo fue considerado “el gigante económico de Europa”, ya que incluso después de ver mermado su poderío político tras la Segunda Guerra Mundial, logró recuperar su fuerza económica, lo que lo catapultó como una gran potencia comercial.

Así, hasta hace algunos años, en la Unión Europea, Francia llevaba la voz cantante en lo que se refiere a lo político, mientras que Alemania lideraba en materia económica. Pero los tiempos han cambiado, y actualmente, “Europa está viviendo una crisis tremenda de liderazgo, Emmanuel Macron es el líder que actualmente está sacando el pecho” en diversos temas de política y seguridad internacional, pero a su vez “es un presidente debilitado”, opinó Aguirre.

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En este sentido, el papel de Friedrich Merz en Alemania conlleva varios retos. A decir del especialista, Europa debe recuperar el liderazgo y la unión que dio pie a varias importantes organizaciones como la Unión Europea, para así funcionar de una manera coordinada frente a los desafíos geopolíticos actuales, especialmente teniendo a Donald Trump de vuelta en la Casa Blanca.

La tarea para el próximo primer ministro alemán colaborar para construir pisos de consenso con sus homólogos europeos, y establecer una fórmula que les permita funcionar unidos contra retos como la amenaza que presenta Rusia en Ucrania.

“Europa necesita estadistas que sepan coordinarse, que le sepan dar al continente un liderazgo renovado, fortalecido, y eso solo se logra si se construyen consensos básicos de lo que se quiere en el mundo, y de cómo enfrentarlos”, dijo Aguirre.

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En el tema de Rusia, por mencionar un ejemplo, el internacionalista detalló que se ha mostrado cierto consenso entre los líderes europeos, porque lo que sucedió en Ucrania “al rato puede pasar en Estonia, en Letonia, o en cualquier otro país que se sientan amenazados por el imperialismo ruso”. Pero aún quedan otros temas pendientes, como lo es la competencia comercial con China o los vaivenes políticos que puedan presentarse en Estados Unidos, ante lo cual, reiteró, es importante contar con estadistas que sepan coordinarse, y que le sepan dar al continente un liderazgo renovado y fortalecido.

Alemania, un país en el que uno de cada cinco electores votó por AfD, no solo debe sortear la disyuntiva de seguir aislando al partido de extrema derecha o hacerlos corresponsables de la gobernabilidad (con todo lo que eso implica), sino que debe colaborar para retomar el rumbo que caracterizó el avance de la Unión Europea, todo esto mientras trabaja en los principales problemas que aquejan a su población.

Los desafíos para la extrema derecha

Ante la actual disyuntiva que enfrentan los líderes europeos, los principales representantes de los movimientos de derecha radical también lidian con sus respectivos retos. Si bien han ganado popularidad y votantes en los últimos años, tampoco existe unidad y consenso entre sus principales figuras.

Así lo ejemplificó Aguirre, quien, por poner un ejemplo, puntualizó que “Giorgia Meloni (Italia) y Le Pen (Francia) se detestan, y tienen opiniones muy distintas en temas importantes, sociales y políticos. Lo mismo te puedo decir del señor Santiago Abascal en España, con Vox, y de la señora Weidel en Alemania. Entonces tampoco se vale meterlos en el mismo saco porque tienen sus diferencias”.

Giorgia Meloni y Donald Trump
Giorgia Meloni y Donald Trump / AFP

Aunado a sus diferentes corrientes de pensamiento, cabe destacar que también han suavizado sus respectivas posturas y la imagen de la extrema derecha como las que se observaron durante la Segunda Guerra Mundial. “(Se han preocupado de) presentarse como opciones conservadoras tradicionales, no extremistas, y han limpiado la imagen de sus partidos en sus respectivos países”, opinó el experto. “No se puede meter a todos en el mismo saco”, puntualizó.

De esta manera, tanto en Alemania con el partido AfD, como a lo largo del territorio europeo, los gobiernos actuales se mantienen a flote ante la disyuntiva. “¿Vale la pena integrarlos y corresponsabilizarlos del gobierno, para que también paguen el precio del desgaste que implica tomar decisiones gubernamentales? ¿O seguimos con la estrategia de seguirlos marginando de los gobiernos?”

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Una decisión que, si bien parece difícil, por el momento es lo que ha permitido que las organizaciones de extrema derecha ocupen un papel muy cómodo en la política de sus gobiernos, dado que desde su tribuna, se dedican únicamente a criticar las acciones de gobierno en turno, e incluso si los líderes adoptan algunas de sus propuestas, no se ven expuestos al desgaste y la reacción de los ciudadanos.

“Ellos no van a pagar ningún costo de cómo se desempeñe el gobierno de Merz, porque no son parte de la coalición”, concluyó Aguirre.