El comercio electrónico ha experimentado un auge global sin precedentes, acelerado especialmente por la pandemia de Covid-19.
Durante meses, Internet fue el único canal disponible para que empresas y consumidores continuaran sus transacciones, un cambio que no sólo fue una respuesta a las restricciones de la pandemia, sino que ha perdurado como un nuevo estándar en la forma de comprar y vender a nivel mundial.
En América Latina, el crecimiento del comercio electrónico ha sido especialmente notable. Brasil y México lideran la región, con el 28.51% y 26.37% del mercado respectivamente.
TE PUEDE INTERESAR: Con el nearshoring estamos viendo un cambio de fondo en el comercio mundial: Emilio Cadena
Argentina sigue de cerca con un 12.18%, y Chile, Perú y Colombia completan los primeros lugares con porcentajes más bajos, pero igualmente significativos en el panorama de la digitalización comercial.
Este auge responde a un cambio de hábitos profundos en los consumidores, quienes, ante la dificultad de acceder a productos en tiendas físicas, optaron por plataformas en línea, consolidando una tendencia que parece imparable.
La pandemia actuó como catalizador, pero el impulso del comercio electrónico en América Latina también ha sido apoyado por mejoras en infraestructura tecnológica y el creciente acceso a servicios digitales.
SIGUE LEYENDO: Buen Fin 2024; Profeco da estas recomendaciones para tus compras
En ciudades de Brasil y México, el fenómeno ha sido especialmente visible, con una proliferación de marketplaces y aplicaciones de entrega que han transformado por completo el paisaje del consumo. Sin embargo, el acceso desigual a Internet en algunas regiones y la falta de confianza en transacciones digitales siguen siendo barreras importantes.
Algunos países de la región aún muestran un rezago en cuanto a su cuota de mercado en el comercio electrónico. Ecuador, Guatemala y Uruguay, por ejemplo, apenas alcanzan entre 1% y 2%, lo que refleja una menor penetración digital y barreras económicas y tecnológicas.
Pese a esto, la tendencia en América Latina es clara: el comercio electrónico no solo ha llegado para quedarse, sino que seguirá transformando el mercado a medida que más consumidores adopten estas plataformas como parte de su vida cotidiana.
TE PUEDE INTERESAR: Analítica | Destinos con seguridad garantizada
El avance del comercio electrónico también plantea retos importantes en términos de regulación, logística y acceso digital.
En la región, la infraestructura aún tiene mucho por mejorar, y los gobiernos deberán trabajar en conjunto con empresas para asegurar que el crecimiento del sector beneficie a todas las poblaciones.
El desafío será cómo seguir adaptándose a un escenario donde las reglas del juego han cambiado y donde los actores del comercio, grandes y pequeños, deben moverse con rapidez para no quedar rezagados.
