La 4T quiere cambiar hasta 90% de la Constitución para concretar lo que su líder moral, Andrés Manuel López Obrador, denominó como el “humanismo mexicano”: una serie de principios políticos, económicos y sociales basados en la ideología del expresidente, especialmente en la idea de que “no puede haber gobierno rico con pueblo pobre”.
Así lo adelantó a ejecentral el vicecoordinador de Morena en el Senado, Ignacio Mier, quien celebró que, entre el gobierno de López Obrador y los primeros meses de la administración de Claudia Sheinbaum, se hayan modificado 60 artículos constitucionales, equivalentes al 44% de nuestra Carta Magna.
“Pudimos haber optado por un constituyente transformador —para que se hiciera una nueva Constitución—, pero nuestro propio movimiento es transformador, lo que implica una profunda reforma. Cuando a mí me preguntan cuántas reformas hemos hecho ya a la Constitución de México, digo: ¡la transformamos completamente!”, exclamó.
En menos de 100 días, entre septiembre y diciembre de 2024, el Congreso de la Unión y la mayoría de los congresos locales avalaron 16 reformas constitucionales. De estas, 13 pertenecen al “Plan C”, una estrategia político-electoral de la 4T que le permitió tener los votos suficientes para blindar sus reformas prioritarias.
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Según el listado histórico de la Cámara de Diputados, en la administración de López Obrador se modificaron 54 artículos constitucionales, mientras que en los primeros días de Sheinbaum se cambiaron 22.
Si se contabiliza una sola vez cada artículo reformado en ambos mandatos, se puede identificar que durante los gobiernos morenistas se han hecho cambios a 60 de los 136 artículos de la Carta Magna.
Entre los cambios más polémicos destacan la reforma al Poder Judicial para que los juzgadores sean electos por voto popular; la de “supremacía constitucional”, que impide que sean controvertidas las reformas del oficialismo; y la extinción de siete organismos autónomos, cuyos presupuestos y facultades se trasladaron al gobierno federal.
“Las reformas que está aprobando Morena las está haciendo sin incluir a las minorías ni a la población, y esa es la parte preocupante. Morena está consolidando un sistema que yo llamaría un hiperpresidencialismo, porque concentran el poder. Así como hubo una concentración en el Ejecutivo durante la hegemonía del PRI en el siglo pasado, hoy vemos que, con estas reformas, se está centralizando el poder en la persona titular del Ejecutivo”, afirmó Francisco Burgoa, abogado constitucionalista.
Supremacía constitucional
Una de las reformas más peligrosas para los especialistas es la de supremacía constitucional, impulsada por Adán Augusto López, Ricardo Monreal, Sergio Gutiérrez Luna y Gerardo Fernández Noroña para que no procedan los amparos, controversias ni acciones de inconstitucionalidad en contra de las reformas a la Carta Magna.
En otras palabras, el Poder Judicial no puede revisar ni declarar inválida ninguna reforma que el Legislativo haya hecho a la Constitución.
“Con esto pueden estar aprobando reformas constitucionales que vayan en contra de los principios fundamentales de la propia Constitución bajo la lógica de su humanismo mexicano”, alertó Francisco Burgoa, catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México.
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Explicó que, bajo esta lógica, si a la 4T se le ocurriera permitir la reelección, regresar a López Obrador como presidente de México o incluir la pena de muerte para secuestradores, nadie podría detenerlos.
Recordó que la llamada “supremacía constitucional” se aprobó porque la 4T no quería que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) revisara la procedencia de la reforma al Poder Judicial.
“La supremacía constitucional existía; ahora se subrayó, pero ya existía. Y se subrayó por la violación constante de jueces de distrito, por amparos interpuestos y por suspensiones otorgadas en contra de la Constitución”, afirmó Ricardo Monreal, coordinador de Morena en la Cámara de Diputados.
Burgoa refutó: “Si ya existía, entonces volver a incorporar el tema dentro de la Constitución o de las leyes es un despropósito (…) Lo que pasa es que buscaron blindar las reformas del oficialismo”.
El senador Ignacio Mier aceptó que los cambios fueron para ponerle un alto “al exceso del Poder Judicial”.
“En otros sexenios se entregó el patrimonio nacional ¡y la Corte no hizo nada! La reforma energética de 2013 la hicieron en una noche, el 12 de diciembre. (El PRI y sus aliados del Pacto por México) reformaron la Constitución en 45 minutos, ¡45 minutos! Se fueron a una sede alterna sin que hubiera dictamen, de manera directa dispensaron todos los trámites y votaron la reforma. Y la Corte no dijo nada, no vio vicios en el procedimiento”, recordó.
En contraste, dijo, “acá (con la mayoría de Morena), cuando presentamos la ley en materia energética, la Corte la declaró inconstitucional porque, según ellos, no habíamos hecho una deliberación democrática amplia, ¡pero estuvimos 72 horas debatiendo!”.
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Para la 4T, todos los cambios legislativos son por “mandato del pueblo”, pues la mayoría de los electores votó por ellos en 2018 y 2024 para que transformaran al país. “El mejor juez es el pueblo. Ellos nos dieron su confianza. Si nosotros nos equivocamos, si no damos resultados, seguramente en 2027 y 2030 estaremos pagando la factura”, enfatizó Ignacio Mier.
“Me parece un argumento demagógico cuando ellos (los morenistas) dicen que estas reformas son parte del mandato del pueblo (…) Estoy seguro de que de las 36 millones de personas que votaron por ellos, la mayoría no conocía los detalles de estas reformas, incluso la de supremacía constitucional, en ningún momento fue motivo de campaña. Habría que preguntarles si realmente conocían la reforma judicial, porque una cosa es estar de acuerdo en un tema y otra es ver las letras chiquitas”, opinó Francisco Burgoa.
La 4T está preparada para continuar con los cambios legislativos radicales a partir del 1 de febrero.