Hijo de Kiki Camarena entrega las esposas de su padre para la detención de Rafael Caro Quintero

Rafael Caro Quintero, exlíder del Cártel de Guadalajara y acusado del asesinato del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena en 1985, fue extraditado a Estados Unidos, donde enfrenta cargos por narcotráfico y homicidio. En un acto simbólico de justicia, Enrique Camarena Jr., hijo del agente asesinado y actual juez en Estados Unidos, entregó las esposas que pertenecieron a su padre para ser utilizadas en la presentación del narcotraficante ante la corte estadounidense.

La asociación de periodistas Illicit Investigations compartió imágenes de Camarena Jr. al momento de entregar las esposas a Steve Paris, exagente de la DEA que participó en la “Operación Leyenda”, una de las mayores investigaciones contra el crimen organizado en represalia por el asesinato de Kiki Camarena.

Caro Quintero y la deuda pendiente con Estados Unidos

Conocido como el “Narco de Narcos”, Rafael Caro Quintero fue uno de los capos más influyentes en México durante la década de 1980. Fue fundador del Cártel de Guadalajara y mantuvo vínculos con el narcotraficante colombiano Pablo Escobar. Aunque cumplió parte de su condena en México, su nombre continuó en la lista de los criminales más buscados de Estados Unidos, que ofrecía una recompensa de 20 millones de dólares por su captura.

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Tras ser liberado en 2013 por un fallo judicial en México, Caro Quintero permaneció prófugo durante casi una década hasta su captura en julio de 2022 en Sinaloa. La extradición a Estados Unidos era un objetivo prioritario para la DEA, que lo señala como el principal responsable de la tortura y asesinato de Camarena en 1985.

Mike Vigil, exjefe de operaciones internacionales de la DEA, afirmó que este caso sigue siendo uno de los más sensibles para la agencia antidrogas. “Si algún criminal mata a un agente nuestro, lo perseguiremos en cualquier parte del mundo hasta que sea capturado”, declaró.

El crimen que marcó la lucha contra el narcotráfico

Enrique “Kiki” Camarena, agente de la DEA de origen mexicano, se infiltró en el Cártel de Guadalajara entre 1982 y 1984. Su labor permitió el decomiso y destrucción de plantaciones de marihuana valoradas en cientos de millones de dólares, incluida la famosa hacienda Rancho Búfalo en Chihuahua.

Su desaparición en febrero de 1985 provocó una intensa búsqueda. Un mes después, su cuerpo fue hallado en una zanja junto con el del piloto mexicano Alfredo Zavala, con evidentes signos de tortura. Este crimen generó un fuerte deterioro en las relaciones entre México y Estados Unidos y llevó a la intensificación de la guerra contra el narcotráfico.

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Caro Quintero fue arrestado en Costa Rica meses después y sentenciado en México a 40 años de prisión. Sin embargo, en 2013 logró recuperar su libertad mediante un recurso legal, lo que reactivó la persecución en su contra por parte de la DEA.

Un capítulo cerrado en la historia del narcotráfico

Ahora, a los 72 años, Rafael Caro Quintero enfrenta la justicia en Estados Unidos, donde podría recibir cadena perpetua por los delitos que se le imputan. Su captura y extradición representan el cumplimiento de una promesa que las autoridades estadounidenses hicieron hace décadas: llevar ante la justicia a los responsables de la muerte de Camarena.

La entrega de las esposas por parte de Enrique Camarena Jr. es un acto simbólico. Mientras el proceso judicial avanza en Estados Unidos, el caso de Kiki Camarena sigue siendo un referente en la historia del combate al narcotráfico y la colaboración entre ambas naciones.