Las manos comienzan a sudar y a temblar, aparece un nudo en el estómago y el corazón se acelera. Se siente una presión en el pecho y respirar se vuelve difícil. Una crisis de ansiedad puede ocurrir en cualquier momento y lugar: en la casa, en la escuela, en el trabajo, en el metro, en una fiesta… ¿Qué la detona? Una variedad de factores como estrés, conflictos, preocupaciones, eventos traumáticos, falta de sueño, ambientes con mucha gente, entre otros.
Todas las personas pueden sentir ansiedad alguna vez, pero aquellas con trastornos de ansiedad suelen experimentar miedo y preocupación de forma intensa y excesiva, al grado que interfieren con su vida cotidiana. “Estos sentimientos suelen ir acompañados de tensión física y otros síntomas conductuales y cognitivos. Son difíciles de controlar, causan una angustia importante y pueden durar mucho tiempo si no se tratan“, detalla la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En México, gran parte de la población adulta experimenta ansiedad en distintos niveles. La Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado 2021, realizada por el Inegi, así lo revela: 19.3% de la población adulta tiene síntomas de ansiedad severa y otro 31.3% de ansiedad mínima o en algún grado. Casi la mitad de las personas mayores de 18 años viven con ello.
¿Con qué frecuencia presentan síntomas de ansiedad? El 56% de las mujeres encuestadas respondió que esto le ocurre varios días o casi todos los días. En el caso de los hombres, el porcentaje es de 44.7%.
¿Cuáles son los síntomas más comunes? No hay sólo un síntoma, las personas con trastorno de ansiedad pueden experimentar miedo o preocupación excesivos por situaciones específicas. En el caso del trastorno de ansiedad generalizada, por una gama de situaciones cotidianas.
Además, pueden presentar dificultad para concentrarse o tomar decisiones, irritabilidad, tensión, inquietud, náuseas, malestar abdominal, palpitaciones, sudoración o temblores. También es posible que enfrenten trastornos del sueño y sensación de peligro inminente, de pánico o de fatalidad.
¿Qué tipos de ansiedad existen? • La Organización Mundial de la Salud reconoce que hay diversos tipos de trastornos de ansiedad:
- Trastorno de ansiedad generalizada (preocupación persistente y excesiva por las actividades o eventos cotidianos).
- Trastorno de angustia (crisis de angustia y miedo a que sigan produciéndose).
- Trastorno de ansiedad social (altos niveles de miedo y preocupación por situaciones sociales en las que la persona puede sentirse humillada, avergonzada o rechazada).
- Agorafobia (miedo excesivo, preocupación y evitación de situaciones que pueden hacer a alguien entrar en pánico o sentirse atrapado, indefenso o avergonzado).
- Trastorno de ansiedad por separación (miedo o preocupación excesivos por estar separado de las personas con las que se tiene un vínculo emocional estrecho).
- Determinadas fobias (miedos intensos e irracionales a objetos o situaciones concretos que llevan a conductas de evitación y angustia considerable).
- Mutismo selectivo (incapacidad constante para hablar en ciertas situaciones sociales, a pesar de la capacidad de hablar cómodamente en otros entornos. Afecta principalmente a los niños).
¿Cuáles son los diagnósticos y tratamientos? Es importante que las personas que presenten síntomas de ansiedad busquen atención médica para obtener un diagnóstico adecuado, en lugar de intentar autodiagnosticarse.
Se recomiendan tratamientos psicológicos, principalmente que se basen en los principios de la terapia cognitivo-conductual, que ayuden al paciente a desarrollar nuevas estrategias para entender y manejar la ansiedad, así como mejorar sus relaciones con su ansiedad, con otras personas y con el entorno.
“Los medicamentos antidepresivos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), también pueden ser útiles en el tratamiento de adultos con trastornos de ansiedad”, detalla la OMS.
Actividades como sesiones de relajación, mindfulness y otras habilidades para gestionar el estrés pueden contribuir a reducir los síntomas.