Fideicomisos agotados
La eliminación de fondos en la administración pasada redujo recursos para ciencia, salud y educación, entre otros

Durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, no sólo incrementó la deuda, sino que se echó mano de los ahorros que tenía la administración federal, guardados en fideicomisos, al grado de que se esfumó un 53% de los recursos, en comparación con lo que había en 2018.
Así lo revela el estudio Números del erario de México Evalúa, el cual apunta que, durante toda la administración de López Obrador, se erosionaron los recursos dispuestos en estos fideicomisos públicos, por decretos de extinción o por el uso desmedido de estos ahorros. Para diciembre de 2024, quedaban 554 mil millones de pesos en fideicomisos, es decir, 632.6 mil millones de pesos menos que en 2018, año en que López Obrador asumió la presidencia.
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Fue el 6 de noviembre de 2020 cuando, por decreto presidencial, el entonces presidente ordenó la extinción de 109 fideicomisos públicos y otros fondos, con el pretexto de manejar su gobierno bajo los principios de austeridad republicana. De esta forma, los fondos destinados a promover el deporte, la cultura y la investigación desaparecieron. Por ejemplo, los ahorros que tiene la SEP, dispuestos en fideicomisos públicos, cayeron 33.8% (10.3 mil millones de pesos) en términos reales frente a lo que se tenía en 2018. Estos cerraron el sexenio con un monto de 20.2 mil millones de pesos, mientras que con Enrique Peña Nieto finalizaron en 30.5 mil millones de pesos.
Los que no perdieron
Pero no todas las secretarías perdieron sus guardaditos financieros, pues los entes militares ganaron terreno. En la Secretaría de la Defensa y la Marina, se manejaron hasta 118.7 mil millones de pesos en fondos públicos, lo cual representó el 21.4% de los recursos totales dispuestos en fideicomisos. Esta cantidad aumentó un 1,549% (111 mil millones de pesos) respecto a lo que tenían al cierre de 2018.
En contraste, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCyT) cerró el sexenio de López Obrador con mil millones de pesos de ahorros, lo que implicó una pérdida del 99.1% (114.8 mil millones de pesos) respecto a los recursos con los que contaba en fondos públicos al cierre de 2018. Otro que perdió fue el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP), cuyo objetivo es juntar y administrar recursos para cuando el gobierno enfrenta situaciones de bajos ingresos o una recesión económica.
Durante el sexenio pasado, prácticamente se agotaron los recursos del FEIP y, al cierre de su administración, se cuenta con un saldo de 97.2 mil millones de pesos, es decir, 74.3% (280.9 mil millones de pesos) menos que el saldo que dejó Peña Nieto en 2018, cuando había un guardadito de hasta 378 mil millones de pesos.
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Otro de los fondos que perdió recursos es el Fondo de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas (FEIEF), diseñado para blindar el gasto que transfiere el gobierno federal a los estados, con la finalidad de que las entidades federativas no sufran una caída financiera cuando se presenta una baja en la recaudación.
Durante el sexenio de López Obrador, los recursos de este fondo apenas ascienden a 11.6 mil millones de pesos, una caída del 90.3% (108.2 mil millones de pesos) en comparación con el cierre del sexenio de Peña Nieto.
López Obrador criticó en varias conferencias, durante su sexenio, que otros organismos públicos usaran fideicomisos e incluso logró su eliminación, como en el caso de los que tenía el Poder Judicial.
Sobre lo ocurrido con los fideicomisos del gobierno federal, la organización México Evalúa apunta que la “alcancía” del país quedó prácticamente vacía para sectores clave como salud, educación y ciencia, al dejar al actual gobierno con menos margen de maniobra.
La reducción
Uno de los sectores más afectados fue el de la investigación científica y tecnológica. Organismos, como el Conahcyt sufrieron la reducción drástica de sus recursos, lo que comprometió el desarrollo de proyectos a largo plazo y afectó directamente a investigadores, becarios y centros de estudio en todo el país. La falta de financiamiento también repercutió en la compra de equipos y en la capacidad del país para competir a nivel internacional en innovación y desarrollo tecnológico.
Otro punto que generó controversia fue la desaparición de los fideicomisos destinados a la cultura y las artes. Instituciones como el Fideicomiso para la Promoción y Desarrollo del Cine Mexicano (Fidecine) vieron reducidos sus presupuestos, lo que provocó un menor apoyo a producciones nacionales. Esto afectó tanto a cineastas emergentes como a proyectos consolidados que dependían de estos fondos para su realización.
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En el ámbito deportivo, la reducción significó la disminución de apoyos a atletas de alto rendimiento. Muchos deportistas denunciaron que la falta de recursos comprometía su preparación para competencias internacionales, incluyendo los Juegos Olímpicos. La desaparición del Fondo para el Deporte de Alto Rendimiento (Fodepar) dejó a cientos de atletas sin becas y sin el respaldo necesario para continuar con sus entrenamientos y participaciones en eventos globales.
A pesar de los argumentos del gobierno sobre la necesidad de eliminar estos fideicomisos para evitar la corrupción y redirigir los recursos a otros programas prioritarios, expertos advierten que la falta de mecanismos alternativos de financiamiento puede traer consecuencias a largo plazo. Sin reservas económicas para enfrentar imprevistos, México podría verse obligado a recurrir a más endeudamiento en el futuro, lo que pondría en riesgo la estabilidad fiscal del país..