Europa frente nuevas divisiones
El discurso crítico de Estados Unidos en la Conferencia de Múnich ha generado tensiones con la Unión Europea, al afectar el panorama electoral y fortalecer a partidos ultraderechistas
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En las últimas semanas, las relaciones entre Estados Unidos y Europa han atravesado un periodo de tensiones debido a las declaraciones emitidas por JD Vance, vicepresidente de Estados Unidos, durante la Conferencia de Seguridad de Múnich. Dichos comentarios, que cuestionan los valores democráticos europeos y destacan la amenaza interna que enfrenta el continente, han generado reacciones diversas tanto en Europa como en el ámbito internacional. A continuación, se examina en detalle el discurso de Vance y las respuestas de los principales actores políticos europeos.
A mediados de febrero, el vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, quien es visto como un posible sucesor de Donald Trump, lanzó un duro ataque contra las democracias europeas. Aseguró que la mayor amenaza que enfrenta el continente no proviene de Rusia ni de China, sino “desde dentro”, apuntando a las élites políticas y haciendo un claro guiño al partido de ultraderecha AfD. Cuando se esperaba que hablara sobre las negociaciones entre Estados Unidos y Rusia para poner fin a la guerra en Ucrania, Vance utilizó su discurso en la Conferencia de Seguridad de Múnich, en Alemania, para acusar a los gobiernos europeos de alejarse de sus valores e ignorar las preocupaciones de los votantes sobre la migración y la libertad de expresión.
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Esto ocurrió nueve días antes de las elecciones nacionales en Alemania. Los alemanes otorgaron el triunfo al bloque conservador de Friedrich Merz y un avance sin precedentes a la ultraderechista AfD.
Vance sostuvo que Europa debe “dar un gran paso adelante para garantizar su propia defensa”.
“Aunque la administración Trump está muy preocupada por la seguridad europea y cree que podemos llegar a un acuerdo razonable entre Rusia y Ucrania, también consideramos importante que Europa tome medidas decisivas en los próximos años para garantizar su propia defensa”, afirmó.
El vicepresidente acusó a los “comisarios” de la Unión Europea de reprimir la libertad de expresión, culpó al continente por la migración masiva y señaló que sus líderes han abandonado “algunos de sus valores más fundamentales”.
“Ningún votante de este continente acudió a las urnas para abrir las puertas a millones de inmigrantes sin control”, criticó Vance. “Pero ¿saben por qué sí votaron? En Inglaterra, votaron por el Brexit. Y estén de acuerdo o no, fue un voto mayoritario. Y cada vez más, en toda Europa, están votando por líderes políticos que prometen poner fin a la migración descontrolada”, añadió.
“La amenaza que más me preocupa respecto a Europa no es Rusia, no es China, no es ningún otro actor externo. Lo que me preocupa es la amenaza interna: el retroceso de Europa en algunos de sus valores más fundamentales, valores que compartimos con Estados Unidos”, expuso.
“La democracia se basa en el principio sagrado de que la voz del pueblo importa”, sostuvo Vance. “No hay espacio para cortafuegos. O se defiende ese principio o no”, advirtió.
Vance cerró su discurso con una cita del papa Juan Pablo II: “No tengan miedo. No debemos temer a nuestro pueblo, incluso cuando expresa opiniones que no coinciden con las de sus líderes”.
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La jefa de política exterior de la Unión Europea, Kaja Kallas, consideró que “parece que están tratando de iniciar una pelea con Europa”.
Las declaraciones de Vance provocaron que el ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, cambiara el discurso que tenía preparado.
“Yo tenía un discurso preparado sobre la seguridad en Europa. Pero no puedo comenzar como tenía planeado. No puedo ignorar lo que he escuchado. Esta democracia ha sido cuestionada por el vicepresidente de Estados Unidos (...), quien compara lo que ocurre en Europa con situaciones en regímenes autoritarios”, lamentó.
El ministro afirmó que “esto no es aceptable. La democracia no significa que una minoría ruidosa pueda decidir qué es la verdad”.
“La democracia debe ser capaz de defenderse de los extremistas”, aseguró Pistorius, visiblemente molesto.
En contraste, la líder del partido de extrema derecha AfD y candidata a la cancillería, Alice Weidel, calificó como “excelente” el discurso del vicepresidente estadounidense.
Antes de su intervención en Múnich, JD Vance se reunió con Weidel, pero se negó rotundamente a reunirse con el canciller alemán, Olaf Scholz.
Acusaciones de intromisión
El canciller de Alemania, Olaf Scholz, acusó al vicepresidente JD Vance de interferir de manera inaceptable en las elecciones de su país en nombre de un partido que ha minimizado las atrocidades cometidas por los nazis hace 80 años.
“No aceptaremos que extraños intervengan en nuestra democracia y en nuestras elecciones”, sentenció Scholz.
Al instar a los dirigentes alemanes a permitir que el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) formara parte del gobierno federal, Scholz acusó a Vance de violar el compromiso de nunca más permitir que Alemania sea gobernada por fascistas que podrían repetir los horrores del Holocausto. “El compromiso de ‘nunca más’ no es compatible con el apoyo a la AfD”, subrayó Scholz.
Sin embargo, Vance replicó que “expresar opiniones no es injerencia electoral, incluso cuando se hacen fuera del propio país y aunque esas personas sean muy influyentes”.
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A la postre, la coalición de la Unión Cristianodemócrata (CDU) y la Unión Social Cristiana de Baviera fue la más votada, y obtuvo 208 de los 630 escaños del Parlamento. Su líder, Friedrich Merz, antiguo rival de Angela Merkel y representante del ala más derechista de la CDU, se perfila como el próximo canciller de Alemania.
No obstante, el bloque conservador quedó lejos de la mayoría absoluta, con menos del 30% de los votos.
Por su parte, la AfD fue la segunda fuerza más votada, logrando el mayor respaldo que ha recibido la ultraderecha alemana desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
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Medios alemanes señalan que la AfD podría ser utilizada por la administración Trump para socavar la autoridad del gobierno alemán. Este partido ha duplicado su apoyo desde las elecciones de 2021, cuando obtuvo el 10.3% de los votos. Todo esto, en un lapso de cinco años.
“Nunca hemos sido más fuertes: somos la segunda fuerza más grande”, presumió Alice Weidel. Incluso Friedrich Merz, probable próximo canciller de Alemania, criticó la interferencia de Estados Unidos en la campaña electoral del país, en la que figuras de alto perfil de la administración Trump se pronunciaron en apoyo de AfD.
Estas intervenciones “no son menos dramáticas, drásticas y, en última instancia, escandalosas que las intervenciones que hemos visto en Moscú”, comparó Merz.
El voto por la AfD muestra el creciente rechazo a los inmigrantes, el rechazo al multiculturalismo y al progresismo social, e incluso el escepticismo climático.
¿Saben por qué sí votaron? En Inglaterra, votaron por el Brexit. Y estén de acuerdo o no, fue un voto mayoritario. Y cada vez más, en toda Europa, están votando por líderes políticos que prometen poner fin a la migración descontrolada”.