Corredor Interoceánico en México ya tiene competencia en Nicaragua

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, lanzó una propuesta audaz que podría desafiar al recientemente inaugurado Corredor Interoceánico de México, con la presentación de un nuevo proyecto de canal interoceánico. El 19 de noviembre de 2024, Ortega ofreció a inversionistas chinos una alternativa que busca conectar el océano Pacífico con el mar Caribe a través de una nueva ruta, esta vez pasando por el lago Xolotlán, en lugar de atravesar el Lago Cocibolca como en los planes anteriores.

Durante la XVII Cumbre Empresarial China-América Latina y el Caribe en la capital nicaragüense, Ortega argumentó que el Canal de Panamá está cada vez más congestionado debido a la falta de agua, lo que ralentiza el tráfico de mercancías y genera retrasos de varios días. En ese contexto, aseguró que la nueva ruta nicaragüense ofrece una solución más eficiente y rápida para los envíos internacionales. “La alternativa la tenemos aquí en Nicaragua”, afirmó Ortega, sugiriendo que el proyecto podría ser crucial para mejorar la competitividad en el comercio global.

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El proyecto de Nicaragua, que arrancaría en el puerto de Bluefields y atravesaría el Lago Xolotlán hasta llegar al puerto de Corinto, busca ofrecer un tránsito más fluido y directo para grandes embarcaciones. Ortega también mencionó que inversionistas de Estados Unidos estarían interesados en el canal, dado el creciente problema de congestión en Panamá.

El Corredor Interoceánico de México como competencia estratégica

Mientras tanto, México acaba de concluir la construcción de su propio megaproyecto: el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, que conecta los océanos Pacífico y Atlántico, con la finalidad de convertir a la región en una plataforma logística global. El Corredor, que incluye una extensa red de infraestructuras como ferrocarriles, puertos y carreteras, fue lanzado con la promesa de revolucionar el comercio internacional, al reducir los tiempos de transporte de mercancías en la región.

Este ambicioso proyecto mexicano no solo facilita el tránsito de productos, sino que también apunta a diversificar la economía de la región sur del país. El sistema ferroviario, junto con puertos como los de Salina Cruz y Coatzacoalcos, permite el paso rápido de mercancías entre ambos océanos, en una red que también promete agilizar el comercio con mercados de América, Europa, Asia y Oceanía.

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La iniciativa nicaragüense entra en competencia directa con el recién consolidado Corredor Interoceánico de México, que, al ser un proyecto ya en marcha, podría beneficiarse de una infraestructura moderna y una capacidad de transporte más eficiente.

Por su parte, el Corredor Interoceánico de México ya cuenta con un sistema ferroviario rehabilitado, puertos operativos y una plataforma logística que está en funcionamiento. Además, el enfoque integral del proyecto mexicano, que promueve un desarrollo sustentable y sostenible, ha sido uno de sus puntos más fuertes para atraer inversiones y fomentar el crecimiento económico en el sur de México.

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Aunque la propuesta nicaragüense busca ganar relevancia como una alternativa al Canal de Panamá, la competencia directa con el Corredor Interoceánico mexicano podría resultar en una lucha feroz por captar la atención de los inversionistas internacionales y las rutas comerciales.

El futuro de ambos proyectos dependerá de factores clave como la viabilidad ambiental, el respaldo de inversiones extranjeras y la capacidad de cada país para superar los obstáculos políticos y económicos en el camino hacia la consolidación de estas iniciativas. DJ