Los conflictos en Oriente Medio y Ucrania han causado estragos en el G20, cuyos miembros se reunirán en Brasil el lunes y martes. Se trata de las y los líderes de las principales potencias económicas del mundo entre quienes se encontrará la presidenta Claudia Sheinbaum.
Pese al idílico escenario de la reunión, el Museo de Arte Moderno, un edificio con vistas despejadas a la bahía de Río y al Pan de Azúcar, es difícil entrever un alivio en las graves tensiones geopolíticas.
En el ambiente pesa además el ataque fallido contra la corte suprema ocurrido el miércoles en Brasilia por un individuo que se hizo estallar con explosivos.
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El presidente de izquierda de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, líder del sur global y aliado de Occidente, desplegará su larga experiencia diplomática para mostrar que todavía se puede apostar al multilateralismo.
Ello pese a la “reelección” de Donald Trump en Estados Unidos, que anuncia un nuevo giro aislacionista y el riesgo de guerras comerciales a partir del año que viene.
La primera economía mundial estará representada por Joe Biden, en el caso de su mandato. Antes de llegar a la ‘Cidade maravilhosa’, escalará el domingo en la Amazonía brasileña para defender la causa del cambio climático.
Con Milei y Xi, sin Putin
La cumbre se celebra al mismo tiempo que la COP29 en Bakú (Azerbaiyán), al final de un año en el que las crisis climáticas han puesto más que nunca a prueba al mundo, ya Brasil de forma espectacular, con inundaciones, sequías e incendios forestales.
Argentina retiró a su delegación de la COP29 por orden del nuevo canciller del mandatario ultraliberal Javier Milei, un escéptico del cambio climático y aliado de Trump y quien asistirá a su primer G20.
El año pasado, en la cita del G20 en India, el grupo se declaró a favor de triplicar las energías renovables de aquí a 2030, pero sin hacer ningún llamamiento concreto para abandonar los combustibles fósiles.
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El gran ausente de la cumbre en Río será el presidente ruso Vladimir Putin, que ya ha faltado a las últimas ediciones. Con una orden de arresto de la Corte Penal Internacional en su contra, anunció que no viajará para evitar “perturbar” los debates.
Su homólogo chino, Xi Jinping, en cambio, estará presente y prolongará su estancia con una visita de Estado a Brasilia el miércoles.
China es el mayor socio comercial de Brasil, y los dos países han intentado juntos, sin éxito, actuar como mediadores en la guerra de Ucrania. Este conflicto, junto con la ofensiva israelí en Gaza y Líbano, amaga con exacerbar las divisiones.
“Estamos negociando con todos los países los párrafos sobre geopolítica de la declaración final (...) para que podamos llegar a un consenso sobre estas dos cuestiones”, confió Mauricio Lyrio, negociador en jefe de la diplomacia brasileña para el G20.
Impuestos a los “superricos”
Estos conflictos son “el elefante en la habitación”, explica a la AFP Flavia Loss, especialista en relaciones internacionales de la Escuela Superior de Sociología y Política de Sao Paulo.
Pero esto no debería impedir que Brasil “obtenga un consenso” en temas que se ha fijado como prioritarios para su presidencia del G20, como la lucha contra el hambre y los impuestos para los “superricos”, augura.
Al frente de la primera potencia económica latinoamericana, Lula marcó la pauta el pasado mayo: “Muchos insisten en dividir el mundo en amigos y enemigos, pero a los más vulnerables no les interesan las dicotomías simplistas”, dijo.
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La primera sesión plenaria de la cumbre, el lunes, se centrará en el lanzamiento oficial de la “Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza”, la iniciativa estrella de Lula, un exobrero metalúrgico nacido en una familia pobre.
Esta alianza reunirá a países de todo el mundo y a instituciones internacionales con el fin de liberar recursos financieros para luchar contra el hambre o reproducir iniciativas que funcionan a nivel local.
En cuanto a los impuestos de los multimillonarios, los países del G20 se comprometieron a “cooperar para garantizar que los más ricos sean efectivamente gravados”, tras una reunión de los ministros de Finanzas del grupo celebrada en Río a finales de julio. Queda por ver si los líderes asumirán este compromiso y en qué términos. Brasil cederá la presidencia rotatoria del G20 a Sudáfrica.
¿Quiénes integran el G20?
A pesar de su nombre, el G20 cuenta con 21 miembros. Son 19 países miembros: Argentina, Australia, Brasil, Reino Unido, Canadá, China, Francia, Alemania, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Rusia, Arabia Saudita, África del Sur, Corea del Sur, Turquía y Estados Unidos.
Juntos representan el 85% del PIB global y tres cuartas partes del comercio mundial. A estos se suman dos miembros más: la Unión Europea y la Unión Africana, admitida el año pasado.
¿Cómo se creó?
El G20 fue concebido en 1999 como un espacio de coordinación entre ministros de Finanzas y presidentes de los bancos centrales, en respuesta a una crisis financiera en los países asiáticos dos años antes.
Desde 2008, luego de la crisis financiera mundial, los jefes de Estado y de gobierno se reúnen anualmente para discutir asuntos económicos internacionales.
También se debaten otros temas como salud, justicia social, cultura, agricultura, turismo y lucha contra la corrupción.
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¿Qué domina en este G20?
Brasil, cargo de la presidencia del G20 este año, prioriza la lucha contra el hambre y la pobreza, así como la reforma de las instituciones internacionales y las preocupaciones climáticas. Organizaciones de la sociedad civil participante de un G20 Social unos días antes de la cita de mandatarios, lunes y martes.
Diferencias
La guerra rusa en Ucrania ha causado disensiones entre los países en las cumbres recientes.
En las últimas dos reuniones, en Bali en 2022 y Nueva Delhi en 2023, la tradicional “foto de familia” de los líderes -un símbolo de unidad- fue cancelada por las diferentes posturas frente a Moscú y la guerra. GA