Campo de exterminio en Jalisco, el horror sistemático
Mientras las autoridades de varios niveles de gobierno muestran una respuesta tardía e insuficiente frente a los macabros hallazgos en Teuchitlán, los colectivos de búsqueda tomaron el liderazgo en la localización de personas desaparecidas

Campo de exterminio en Jalisco
/EjeCentral
El hallazgo del rancho Izaguirre en Jalisco reveló un centro de reclutamiento y exterminio operado por el crimen organizado. Pero este no es un caso aislado. En 2015, en Patrocinio, Coahuila, se identificaron terrenos usados para la incineración masiva de víctimas, mientras que en Tanhuato, Michoacán, un enfrentamiento dejó 42 muertos en circunstancias aún sin aclarar.
Estos lugares evidencian una maquinaria criminal que opera con impunidad. Colectivos de búsqueda denuncian inacción y complicidad de las autoridades, mientras el número de desaparecidos sigue en aumento. Sin castigos reales ni investigaciones a fondo, el horror se repite en distintas regiones del país.
En ese sentido, activistas han señalado que hay un patrón sistemático en el cual las fiscalías no investigan a fondo, no cruzan información entre dependencias y, en muchos casos, revictimizan a los familiares de los desaparecidos. Esta falta de coordinación y voluntad política ha sido un obstáculo constante para el esclarecimiento de los casos.
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