Biodiversidad: “la verdadera riqueza de las naciones”

22 de Septiembre de 2024

Biodiversidad: “la verdadera riqueza de las naciones”

Jaguar en Senda Verde

Jaguar en el santuario Senda Verde, en Bolivia.

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World Animal Protection / Emi Kondo

Jaguar en el santuario Senda Verde, en Bolivia.
World Animal Protection / Emi Kondo

Científicos de la UNAM y la Universidad de Stanford, dan un diagnóstico y ofrecen soluciones para la conservación de especies biológicas y sus poblaciones

Después de más de 70 años de dedicarse a la conservación, “he visto a la comunidad científica llegar lentamente a comprender que la verdadera ‘riqueza de las naciones’ es su biodiversidad, el único tipo de capital sin el cual los seres humanos no pueden sobrevivir”, señala Paul Ehrlich, presidente del Centro de Biología de la Conservación de la Universidad de Stanford.

Junto con sus colegas mexicanos Rodolfo Dirzo, de la Escuela Doerr de Sostenibilidad también de Stanford, y Gerardo Cevallos, del Instituto de Ecología de la UNAM, Ehrlich acaba de publicar el libro Before they Vanish: Saving Nature’s Populations – and Ourselves, (Antes de que desaparezcan: salvar a las poblaciones naturales – y a nosotros mismos), donde, además de un diagnóstico de la crisis de sostenibilidad, describen soluciones para evitar una catástrofe ecológica global.

biodiversidad

La sexta extinción y las poblaciones

Ceballos, Dirzo (quienes a principios de este año obtuvieron el Premio Fronteras del Conocimiento) y Ehrlich han destacado, en conjunto y a lo largo de sus carreras individuales, por sus contribuciones a cuantificar el fenómeno denominado “la sexta extinción masiva”, causada por los seres humanos, y en el nuevo libro destacan que no sólo es importante detener la extinción de especies biológicas como tal, sino de las poblaciones a los niveles locales y nacionales.

“Por ejemplo, la pérdida de poblaciones en un ecosistema puede llevar a la extinción local de procesos como la polinización o el control de plagas”. Rodolfo Dirzo, investigador del Instituto Stanford Woods para el Medio Ambiente.

Además, añade Dirzo en un comunicado de la Universidad de Stanford, la conservación de la biodiversidad se reconoce cada vez más como un factor crítico del bienestar social en términos de salud humana, incluida la regulación de enfermedades y la salud mental.

Aún hay esperanza

“La humanidad ha demostrado la capacidad de cambiar el comportamiento muy rápidamente cuando la gente se siente amenazada”, comenta Ehrlich, y agrega que una de las tareas de los científicos es “asegurarse de que todos comprendan que la civilización no puede persistir en su trayectoria actual”.

Los cambios de comportamiento en temas relacionados con la conservación no sólo pueden ocurrir, sino que han ocurrido: “Muchos casos exitosos de conservación a todos los niveles indican que la actual crisis de extinción no está predeterminada” comenta Ceballos.

Entre las cosas que sería necesario cambiar en el comportamiento humano se encuentra, por ejemplo, “abandonar el consumo insostenible de carne y la agricultura industrial”, comenta Dirzo, pues contribuiría a reducir “el cambio masivo del uso de la tierra, las emisiones de gases de efecto invernadero, los problemas de salud personales, el desperdicio y la inequidad”.

“Una acción muy importante es votar por los políticos que tienen la conservación como un tema principal en su agenda política”. Gerardo Ceballos, investigador del Instituto de Ecología de la UNAM.

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