Asume Clara Brugada con un partido hipervitaminado

14 de Noviembre de 2024

Asume Clara Brugada con un partido hipervitaminado

Morena

Aunque Morena gobierna la capital, entre sus filas existen facciones, que responden a distintos intereses y varios líderes

Con la llegada de Clara Brugada a la Jefatura de Gobierno y la disminución radical de la oposición partidista, el equilibrio de poder al interior de Morena cobra mayor relevancia, pues aunque los estatutos del partido guinda prohíben expresamente la formación de corrientes o “tribus”, la política siempre se articula a partir de alianzas, y tanto el poder como la influencia se ganan por sumas y compromisos, lo que provoca la creación de facciones que buscan influencia, para lo cual requieren de posiciones en una estructura partidista o administrativa.

›Desde esa premisa universal del ejercicio del poder, en la CDMX del nuevo gobierno, con partido dominante y mayoría parlamentaria calificada, en un escenario nacional marcado por un ex presidente, López Obrador, que busca la transexenalidad, y una presidenta constitucional que gobernó la capital, a nivel local en Morena hoy se distinguen tres grupos claramente dominantes: el de la Jefa de Gobierno, Clara Brugada, el de la presidenta Claudia Sheinbaum y el del exjefe de Gobierno, Martí Batres.

Hay liderazgos menores, no despreciables porque tienen su propio peso, que también jugarán en el escenario que ahora corresponde administrar a Clara Brugada. Entre estos destacan el de Alejandro Encinas, ahora titular de la Secretaría de Planeación y Ordenamiento Territorial y de Metrópolis, antes Seduvi, con todo y sus seguidores; el antes todopoderoso, pero aún influyente, Rene Bejarano con su esposa Dolores Padierna; y también el diputado federal Ricardo Monreal, a pesar de la severa derrota que se anotó cuando en Tribunal Electoral sepultó su intento de mantener su control sobre la alcaldía Cuauhtémoc a través de su hija, Caty Monreal.

En el caso de la Ciudad de México hay que considerar, además, a uno de los personajes más cercanos a la presidenta Sheinbaum: Omar García Harfuch, ahora secretario federal de Seguridad y Protección Ciudadana, quien ganó las tres encuestas por la candidatura morenista; no obstante, como parte de un acuerdo político cedió la postulación a Clara Brugada, argumentando cumplir la regla de género en el partido.

“Es un factor importante por considerar que hay gente que apoyó y apoya directamente a la presidenta (Claudia Sheinbaum) y en consecuencia a Harfuch, pero que no necesariamente están de lado de la jefa de Gobierno. Habrá que ver cómo se logran los acuerdos entre las distintas corrientes que siguen vigentes también”, opinó un exlegislador capitalino quien prefirió omitir su identidad.

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El clan Batres

Fuentes consultadas por ejecentral refieren que el gran grupo emergente es el del exjefe de Gobierno, Martí Batres, actual director general del ISSSTE, quien al estilo López Obrador, aprovechó hasta su último día en la jefatura de Gobierno para hacer política y apuntalar a los suyos, lo que lo ubica como uno de los interlocutores y apoyos más importantes de la nueva Jefa de Gobierno, con alcances hasta la propia Presidenta, por su pertenencia al gabinete legal federal.

Dirigido desde el ISSSTE, el clan Batres tiene a dos figuras clave en la Ciudad de México: Cesar Cravioto en la Secretaría de Gobierno, brazo político de la administración capitalina, y su hermana Valentina Batres en el Congreso local, donde preside la poderosa Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública del Congreso local.

En el grupo del clan también figura Gerardo Villanueva, alumno y leal a Martí Batres desde los años noventa, cuando éste presidió la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, y por supuesto su otra hermana, Lenia Batres, ministra de la Suprema Corte, por designación de Andres Manuel López Obrador.

Team Brugada

La jefa de Gobierno cuenta con su propio grupo, particularmente en la alcaldía Iztapalapa, donde gobernó dos periodos consecutivos con un nivel de éxito tan importante, que logró consolidar una base sólida en la zona oriente de la capital, lo que le ha permitido ganar suficiente peso en Morena para aspirar primero y ganar después, la candidatura.

Alejandro Encinas, con su propio grupo de seguidores, es una de las alianzas clave de la Jefa de Gobierno. Eso explica la creación de la Secretaría de Planeación de Ordenamiento Territorial y de Metropolis, configurada y diseñada para quien fuera jefe de Gobierno interino y además subsecretario de Gobernación.

Xóchitl Bravo, lideresa del Congreso de la Ciudad de México, es otra de las figuras estelares del grupo de Clara Brugada.

Otra integrante del grupo de la jefa de Gobierno es la alcaldesa Nancy Nuñez, electa en Azcapotzalco.

Acompañando a Bravo en la función legislativa y a cargo de la poderosa Comisión de Hacienda, está el diputado Pablo Trejo, tan cercano a la Jefa de Gobierno que se le pidió sumarse al grupo parlamentario del PRD para asegurar el apoyo de la diputada Nora Arias, presidenta del PRD, ahora un partido con registro local, en la Ciudad de México. En el congreso capitalino también destaca, del grupo de Brugada, el diputado Víctor Varela y en el Senado, la voz brugadista la lleva Francisco Chíguil, dos veces alcalde en Gustavo A. Madero.

La armada presidencial

Derivado de su paso por la Jefatura de Gobierno, la presidenta Sheinbaum también conformó un grupo de políticos capitalinos que la acompañaron y, naturalmente, siguen vigentes dentro de Morena y las estructuras burocráticas de poder.

En ese equipo se cuentan, entre otros Sebastián Ramírez, presidente de Morena en la Ciudad de México; Fernando Zárate, diputado local; Janecarlo Lozano, alcalde en Gustavo A. Madero; María de Lourdes Paz Reyes, alcaldesa en Iztacalco; Aleida Alavez Ruiz, alcaldesa en Iztapalapa; Gabriela Osorio, alcaldesa en Tlalpan; Inti Muñoz, secretario de Vivienda; Pablo Vázquez Camacho, secretario de Seguridad Pública y Myriam Vilma Urzúa Venegas, secretaria de Gestión Integral de Riesgos.

En ese equipo, es obligado seguir los pasos de Aleida Alavéz, pues su cercanía con la Presidenta y su posición como alcaldesa de Iztapalapa la colocan con una presunción de liderazgo que puede evolucionar. Como es natural, este grupo tine un peso muy especial hoy, momento del arranque del sexenio, tanto a nivel federal como local.

El factor AMLO

Sin que se considere un grupo pero con una influencia especial por origen y posición, Juan Pablo de Botton, el secretario de Finanzas del Gobierno de la Ciudad de México, es visto como un factor real de poder, tanto por ser el responsable de la chequera capitalina, como por su estrecha relación con Andrés Manuel López Beltrán, hijo del expresidente y ahora además, secretario de Organización de Morena a nivel nacional.

La falsa chiquillada

Parece haber perdido peso, pero está muy lejos de ser marginal, pues se mantiene vigente como grupo y llegó a ser la expresión más acabada de lo que fueron las tribus perredistas. Poco visible durante los años de Miguel Ángel Mancera y Claudia Sheinbaum, el equipo de René Bejarano y Dolores Padierna sigue teniendo peso y capacidad de operación. El actual líder del Movimiento Nacional por la Esperanza, desea y trabaja para que el de Brugada sea el sexenio que le permita regresar al aparador político por la puerta grande ahora que Morena es partido ultradominante.

›Marcelo Ebrard apostó por un proyecto presidencial desde la Cancillería y eso lo llevó a descuidar su base de seguidores en la CDMX. Sin embargo tiene operadores, experiencia, y otra vez, una posición de privilegio en el Gobierno federal. Aunque todo indica que se divorció de su operadora de los últimos años, Martha Delgado, son muchos los que dicen que eso, lejos de ser un error, resultó un acierto de Ebrard.

Finalmente, el grupo afín a Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) de la Cámara de Diputados, también podría jugar un papel importante.

Aunque su hija Caty Monreal perdió la impugnación por la alcaldía Cuauhtémoc, su experiencia y lazos dentro del Congreso federal le dan un amplio margen de maniobra que podría materializarse en una base de apoyo a considerar, también en la capital.