En 2023, la actividad terrorista aumentó de manera alarmante, con ataques más letales a pesar de una reducción en su número total. Estas acciones, realizadas por grupos no estatales o individuos, pueden variar en su escala, desde atentados menores hasta eventos masivos como el 11 de septiembre en Nueva York en 2001 o la incursión en territorio israelí y el secuestro de ciudadanos por parte de Hamás el año pasado.
La actividad terrorista global mostró un aumento en la letalidad con 22% en muertes, pese a una reducción de, también, 22% en los ataques. Esto indica que, aunque hubo menos atentados, los ocurridos fueron más mortales, lo que refleja la evolución de tácticas terroristas más destructivas y mejor planificadas, según los resultados del más reciente Índice Global del Terrorismo (GTI, por sus siglas en inglés).
El ataque más mortífero del año fue perpetrado por Hamás en Israel, el 7 de octubre, que causó mil 200 muertes. La respuesta militar de Israel derivó en el deceso de 25 mil palestinos hasta febrero de 2024.
En 2023, Irak registró menos de 100 muertes relacionadas con ataques terroristas, una disminución de 99% respecto al máximo alcanzado en 2007. Así, Afganistán logró una caída de 84% en el número de muertes y de 75% en los incidentes terroristas en comparación con su peor momento en 2007.
El Índice señala que los grupos más mortíferos fueron el Estado Islámico (EI) y sus afiliados, seguido de Jamaat Nusrat Al-Islam wal Muslimeen (JNIM), Hamás y al-Shabaab.
El Estado Islámico, que es el grupo más letal a nivel mundial por noveno año consecutivo, de acuerdo con el análisis del GTI, registró el mayor número de agresiones como de decesos derivados de los , aunque su impacto ha disminuido de manera constante desde su pico en 2014.
Cabe mencionar que el informe internacional no incluyó los actos cometidos por los talibanes, ya que, desde que este grupo asumió el poder en Afganistán, sus acciones no son consideradas dentro del alcance del estudio.
¿Qué es el terrorismo?
El terrorismo se define como el uso intencionado de la violencia o amenazas contra civiles para causar miedo, coaccionar gobiernos y alcanzar fines políticos, religiosos o ideológicos. Según organismos como la ONU, estas acciones buscan desestabilizar estructuras políticas y económicas.
