Adiós a la tauromaquia sangrienta
En la Ciudad de México una nueva ley prohíbe matar a los toros en corridas, a fin de proteger a los animales y, al mismo tiempo, preservar empleos en la industria taurina
La reforma a la Ley de Protección y Bienestar Animal de la Ciudad de México impone corridas de toros sin sangre. Está prohibido matar toros, novillos y reses dentro y fuera de la arena, y quien viole las nuevas medidas pagará entre 226 mil 280 pesos y 339 mil 420 pesos por cada animal lesionado o muerto.
Luz verde. La propuesta fue aprobada el pasado 18 de marzo.
Sólo hubo un voto en contra de la reforma: el del diputado Pedro Haces Lago, quien tiene ganaderías y admitió que “viene del arraigo taurino”. En la tribuna del Congreso de la Ciudad de México, afirmó que las expresiones artísticas no pertenecen a los partidos, sino a la gente y sus raíces.
Los legisladores retomaron el tema luego de una iniciativa ciudadana preferente que incluyó 39 mil 941 firmas para prohibir los espectáculos públicos y privados con toros y peleas de gallos. La reforma se avaló conforme a la propuesta de la jefa de Gobierno, Clara Brugada, quien planteó prohibir la violencia en las corridas de toros para garantizar la vida de los animales y, al mismo tiempo, conservar los empleos de la tauromaquia.
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En el dictamen se incluye que tan sólo la Asociación Nacional de Matadores de Toros, Novillos, Rejones y Similares tiene 333 asociados, entre ellos 69 matadores nacionales, 19 matadores extranjeros, 84 novilleros, 25 becerristas, 13 rejoneadores nacionales, siete rejoneadores extranjeros, 90 forcados y 26 mozos de espada.
En activo hay 145 matadores, 137 novilleros, 24 rejoneadores, 59 picadores, 69 banderilleros y 11 puntilleros. Además, en 2021 había cuatro mil 55 personas dadas de alta en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), implicadas en espectáculos taurinos, lienzos charros, palenques e hipódromos.
Se deduce que la mayoría de los trabajadores no viven exclusivamente de la tauromaquia. Los sueldos de los matadores eran asignados de acuerdo con su prestigio. El ingreso más alto era de 89 mil 150 pesos por corrida, en la que mataban tres toros; un novillero ganaba nueve mil 150 pesos por novillada y un rejoneador, 40 mil 973 pesos por rejoneo, por ejemplo.
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En el documento también se incluye que, en promedio, se mataban 158 bovinos en la Plaza México al año. En 2019, por ejemplo, se sacrificaron 72 novillos y 96 toros; en 2020, debido a la pandemia de Covid-19, se mataron 54 toros, mientras que en 2021 se les quitó la vida a 18 novillos y 21 toros.
A favor. Entre quienes apoyaron la medida se encuentran miembros del Partido Verde.
“En cuanto a las ganaderías, según los mismos datos de la Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia, en la Ciudad de México hay solamente dos: Los Ébanos y Pedro Haces e Hijos. Sin embargo, en las corridas de toros y novilladas celebradas este año en la Plaza México, ningún toro ni novillo ha provenido de estas dos ganaderías situadas en la Ciudad de México”, se precisa.
Faena regulada
La reforma a la Ley de Protección y Bienestar Animal de la Ciudad de México impone reglas para corridas sin violencia, prohibiendo heridas y muerte, limitando el tiempo de lidia y protegiendo la integridad de los animales.
Las corridas de toros, novilladas, rejoneo, becerradas, festivales taurinos y tientas no podrán causar lesiones a los animales ni provocar su muerte durante o después del evento.
Violar la ley implica multas de dos mil a tres mil veces la Unidad de Medida y Actualización por cada animal lesionado o muerto.
Se prohíbe el uso de objetos punzantes que provoquen heridas, lesiones o la muerte del toro o novillo, como la puya, las banderillas, el estoque, el descabello y las puntillas.
Sólo se permite el uso del capote y la muleta.
Las reses destinadas a los espectáculos taurinos sin violencia deberán tener como mínimo cuatro años cumplidos, y las destinadas a las novilladas, tres años.
No se podrán torear toros, novillos ni reses que no estén inscritos en el Registro Obligatorio de Edades.
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Es obligatorio garantizar la protección e integridad física del animal.
Se deben proteger los cuernos del toro y del novillo para prevenir lesiones a otros animales o personas.
Al finalizar el espectáculo taurino sin violencia, el toro o novillo deberá ser devuelto a la ganadería.
El tiempo máximo de actuación para cada toro o novillo en el espectáculo taurino sin violencia será de 15 minutos, con un límite de seis ejemplares por evento.
