El trabajo de la economista estadounidense e investigadora de la Universidad de Harvard Claudia Goldin ha redimensionado el tema del trabajo femenino, por lo cual es la receptora única del Premio del Sveriges Riksbank de Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel 2023.
Goldin hizo un análisis a fondo de la historia económica de los últimos doscientos años para entender los diversos factores que han influido en la oferta y la demanda de mano de obra femenina y para entender por qué el crecimiento económico no necesariamente implica que la participación de las mujeres en la fuerza laboral tenga la misma tendencia.
La primera observación de la investigadora, en su influyente libro de 1990 “Understanding the Gender Gap” (Entendiendo la brecha de género) fue que las tasas de empleo de las mujeres a menudo habían sido expresadas incorrectamente en los datos existentes, señala la Real Academia Sueca.
Por ejemplo, en Estados Unidos, era usual que la ocupación de las mujeres fuera anotada como “esposa” en los censos y registros públicos; sin embargo, incluso si estaban casadas y hacían trabajo doméstico, no necesariamente era el único que hacían.
Las mujeres solían trabajar junto a sus maridos en la agricultura o en negocios familiares, también en industrias artesanales o en la producción doméstica, como en el sector textil o de productos lácteos, pero su trabajo no siempre estaba registrado correctamente.
“Goldin pudo corregir los datos sobre la participación de las mujeres en el mercado laboral. Estableció que la proporción de mujeres en la fuerza laboral estadounidense era considerablemente mayor a finales de la década de 1890 de lo que mostraban las estadísticas oficiales”, señala la Academia en un boletín de divulgación sobre el trabajo de la nueva Nobel.
La Academia también comenta que el trabajo de Goldin, que abarca desde las decisiones de tener familia hasta los requerimientos de los empleadores en cuanto a la disponibilidad de sus trabajadores, no sólo tiene aplicación en los Estados Unidos, sino que tiene similitudes con lo que ha sucedido y sucede en otros países.
También señala que, si en un país se quiere cambiar la situación del trabajo femenino por una más justa y equitativa, es necesario entender los factores históricos que Goldin menciona y que los cambios sólo empiezan a ocurrir cuando el nuevo comportamiento de los participantes en el mercado laboral comienzan a afectar las elecciones profesionales de las mujeres más jóvenes.
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