No vacunarse contra la Covid-19 o retrasar la aplicación de alguna dosis por desconfianza, podría ocasionar hasta 236 muertes adicionales por cada millón de habitantes en los próximos dos años. Esto según un estudio del Colegio Imperial de Londres (ICL), en el que se estimó que demorar la inmunización no sólo amenaza la salud pública, sino que tendría un impacto directo en la mortalidad de cada región.
Este cálculo combina un modelo de transmisión básico de epidemiología y los resultados de varias encuestas sobre la confianza que tiene la población hacia las vacunas. El resultado fue claro, y es que en los países donde había mayor recelo hacia estas dosis, la mortalidad aumentaba hasta ocho veces, mientras que aquellos con niveles óptimos de inmunización podrían reducir las cifras de fallecimientos significativamente e incluso llegar a rangos reportados antes de la pandemia.
Además, postergar la aplicación de la vacuna fomenta su acaparamiento y poca distribución entre países menos afortunados, especialmente porque los gobiernos deciden detener un poco más estos biológicos con la esperanza de cubrir por completo a su población, por lo que es vital entender esta relación para poder avanzar hacia el fin de la crisis sanitaria a nivel mundial.
Daniela Olivera Mesa, investigadora del ICL, destacó que “a pesar de que la inmunización es una elección individual, tiene consecuencias sociales” por lo que este esfuerzo no puede limitarse y se deben crear campañas en todos los niveles para generar confianza entre la población.
Otro de los investigadores, Peter Winskill, resaltó que el esfuerzo para desarrollar las vacunas en poco tiempo debe corresponderse con una cobertura amplia, especialmente con las de alto rendimiento, que podrían reducir de forma significativa la mortalidad. El experto también señaló que “de no hacerlo, los resultados para la salud pública serán muy negativos e incluso tendría impactos en lo social y económico al tener que prolongar las medidas de intervención no farmacéutica como el cierre de negocios o las cuarentenas obligatorias”.