El pasado 5 de junio, se trasplantó un joven y frondoso ahuehuete en la glorieta de reforma que sustituyó la vieja y enferma palmera que daba nombre a esa parte icónica de la Ciudad de México; sin embargo, semanas más tarde comenzó a secarse y a provocar criticas de los adversarios de la administración actual.
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Ante los cuestionamientos, los expertos explicaron que tendría que pasar un tiempo para que el árbol traído de Nuevo León se adaptara a al nuevo lugar que le fue escogido para embellecer la ciudad.
Dos meses después persisten los cuestionamientos sobre si sobrevivirá, pero la titular de la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) de la Ciudad de México, Marina Robles, dijo de una manera peculiar que no lo sabe.
Refirió que “no ser maga” como para saber si el ahuehuete recién puesto sobre Paseo de la Reforma logrará salvarse. Así lo dijo al cuestionamiento sobre si tiene posibilidades de desarrollarse o si solo están postergando su muerte la funcionaria.
“No soy maga, pero lo que hemos estado haciendo es protegerlo, porque fue una de las primeras cosas que nos recomendaron los especialistas en vegetación”, dijo, aclarando que se le dan los cuidados necesarios.
Recordó que la glorieta fue rodeada por vallas metálicas para evitar que los curiosos interfirieran en el tratamiento especial que sigue el árbol.
“Está vivo, ya hemos llevado a muchos expertos de distintas instituciones académicas, instituciones especialistas en el tema. Está vivo, pero le está haciendo difícil la adaptación”, refirió la funcionaria, según El Universal. DJ
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