Omar Gómez, hijo de un subteniente de Infantería adscrito a la Guardia Nacional, orilló a su madre Delfina Sánchez a viajar más de mil 200 kilómetros desde Culiacán, Sinaloa, hasta la Ciudad de México. Omar es el motivo del viaje, pero él no está, nadie sabe dónde se encuentra. Hace 44 días fue reportado como desaparecido.
Es martes y son las cinco de la mañana. En Palacio Nacional no hay muchas personas, más que la comitiva que acompaña a la mujer norteña que busca ser escuchada por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
“Estoy aquí en México pidiendo el apoyo del señor presidente para que él me pueda ayudar a localizar a mi hijo porque yo sé que él puede”, implora la señora mientras sostiene una pancarta con el rostro de Omar de 22 años. Esta es ya la cuarta vez que viaja a la capital para pedir ayuda.
La madre de Omar reconstruye los pasos de su hijo desde aquel 14 de marzo. “Se dirigió al centro de Culiacán, como cualquier joven a distraerse un rato. A las 7:49 pm fue el último contacto que yo tuve con mi hijo y pues desde ese día no volvimos a saber nada de él”, relata a ejecentral.
En busca de ayuda. Con una pequeña comitiva, Delfina busca el apoyo del presidente López Obrador para encontrar a su hijo Omar.
Entre el centro de Culiacán y la casa de Omar hay apenas 20 minutos de distancia, y aunque es una zona con muchas cámaras de seguridad debido a los negocios que se encuentran ahí, la madre del joven estudiante de ingeniería industrial acusa que las autoridades sólo han conseguido dos grabaciones del día de los hechos. Del teléfono de su hijo no se sabe nada porque se encuentra inactivo.
Antes de que Omar naciera, su padre Celso Gómez ya estaba en el Ejército, y hoy es un subteniente de Infantería adscrito a la Guardia Nacional que desempeña labores de oficinista en la Base Militar del Sauz en Culiacán. Pese a la ausencia de indicios, Delfina descarta que las labores de su marido estén relacionadas con la desaparición. “Mi esposo es militar, pero pues nunca ha tenido roces con nadie es un hombre muy dedicado a su trabajo”, dice.
“Vine sola, mi esposo se quedó buscando a Omar, luchando por él y yo vine a la ciudad a pedir apoyo. No quiero ser una de las tantas madres que sufren la desaparición en Culiacán”, sostiene antes de partir de nuevo a Sinaloa para seguir buscándolo.
